miércoles, 23 de diciembre de 2009

LOS POLÍTICOS DEBERÍAN SER LA SOLUCIÓN EN LUGAR DEL PROBLEMA

Según el último barómetro del CIS, tras el paro y la situación económica, el tercer problema en importancia para los españoles es la clase política, los partidos políticos, por encima del terrorismo, la inmigración o la seguridad ciudadana, factores que han ocupado en otras ocasiones los primeros puestos en el listado de preocupaciones de los españoles. A la pregunta por la valoración de la situación política, el 5 % de encuestados responde que es buena; el 29,5 % que es regular; el 35, 3 la valora como mala y el 25.3 como muy mala. Estos porcentajes se aproximan a los de las valoraciones de la situación económica que son: un 2,5 %, la considera buena; el 23.9 %, regular; el 39.9%, mala y el 33.2%, muy mala. Pero una de las cosas más sintomáticas del estado de ánimo de los ciudadanos respecto a la situación política, y que más me llama la atención, es que al preguntarles si creen que dentro de un año la situación política será mejor, igual o peor, un 11,9% responde que será mejor, frente al 22 % que piensan que la situación económica será mejor. Esto significa que, pese a los malos augurios que pesan sobre nuestra economía, existe actualmente más confianza por parte de los ciudadanos en la recuperación económica que en la mejoría de la situación política.

Estos datos, que no son sino un indicador más de una situación que percibimos a diario, deberían llevarnos a pensar que ha llegado el momento de reflexionar con seriedad sobre nuestro sistema de partidos y nuestra clase política, porque es una pena que los que han sido elegidos para dar solución a los problemas colectivos se estén convirtiendo cada día más en un problema a añadir a los que tendrían que resolver, y de los más importantes que hoy tiene la sociedad española.

Se puede abordar el problema desde diversos ángulos y dar distintos diagnósticos. En mi opinión, hay varios factores implicados. En primer lugar, el bipartidismo imperfecto que deliberadamente se buscó para dar estabilidad al sistema político, está resultando cada día más una losa que impide la entrada de aire fresco, la regeneración imprescindible del sistema de partidos. Ante la escasa pluralidad, que tienen garantizada por un sistema electoral injusto que los favorece, los dos grandes partidos no tienen competencia seria que los motive a salir del estéril y mediocre debate sin contenido que nos ofrecen. He escrito mediocre, con más indulgencia de la que merecen, porque lo cierto es que la vulgaridad y ramplonería del cruce de acusaciones están alcanzando cotas difícilmente superables. En la actual situación, hay una receta imprescindible para superar el bipartidismo y es la reforma de la Ley Electoral, de manera que se garantice que el número de escaños de cada partido sea proporcional a los votos obtenidos, para lo cual, además de otras reformas, es preciso que la provincia deje de ser la circunscripción electoral y se cambie el sistema de adscripción de escaños. Con otros partidos importantes en liza, el nivel del debate subiría y todos ganaríamos. Ganaríamos también porque la alternancia no estaría garantizada sin méritos, sin más méritos que esperar a que el que está gobernando se equivoque mucho para que el que está en la oposición pase a formar gobierno.

En segundo lugar, otro factor de peso en el desprestigio de los políticos ha sido la corrupción que se ha generado en torno a estas máquinas de poder y a la que la Ley de Financiación de Partidos no parece que haya puesto fin porque faltan medidas eficaces de control de gastos electorales, entre otras. Pero además, la corrupción también viene motivada por la existencia de una clase política cuyos integrantes no quieren dejar de ser políticos en su mayoría, pues muchos no han tenido más profesión que ésa, o la de procedencia les es menos atractiva. No debe ser fácil la pérdida del boato que lleva aparejado el cargo. Por ello, ante la perspectiva de una salida de la vida pública, algunos buscan la forma de asegurarse un retiro dorado. Además de la limitación por ley de los gastos de los partidos y de establecer controles más estrictos en la tramitación de los contratos públicos, la mesura y la sobriedad deberían imponerse en la vida pública, no sólo ahora, porque la crisis la impone, sino como norma que asegure la selección de los mejores.

Por último, aunque la Constitución establece que los partidos deberán tener un funcionamiento democrático, están en la práctica tan mediatizados los procesos de elección internos que se acaba imponiendo la selección de los afiliados menos críticos y no de los más capaces. No parece que haya mucho interés, por razones obvias, en regular con más precisión y controles estos procesos pero no deberían pensar que los ciudadanos debemos tragar con todo. Si a ellos no les rechina el discurso que emiten, apto sólo para forofos, puede deberse a dos razones: O bien su capacidad deja mucho que desear o bien tienen un pobre concepto de su auditorio. Lo primero es bastante cierto en muchos casos; lo segundo es más que probable también. Ambas razones deben estar presentes. Pero lo que el barómetro revela es que los hinchas se van reduciendo por momentos y el sentido crítico aflorando. Es la conclusión alentadora que saco de esta encuesta.

martes, 15 de diciembre de 2009

LA COMUNIDAD DE MADRID RECORTA LA FINANCIACIÓN DE LAS UNIVERSIDADES

Ha tenido poca repercusión, y por eso la comento, la Declaración que los rectores de las universidades públicas madrileñas han elaborado para denunciar los recortes en la financiación de las mismas previstos en los presupuestos de la Comunidad para 2010 titulada "Por una Universidad pública europea y de calidad". La reducción prevista es de 126 millones de euros (en torno al 87 por ciento)en el capítulo de inversiones comprometidas previamente por el Gobierno de la Comunidad, además de no dotarse partidas para pagar las deudas ya contraídas, como la de la paga extra del pasado mes de Julio, y congelarse los créditos en personal y gasto corriente. Para los rectores, esto implica que se pone en grave riesgo la implantación de los estudios de grado y postgrado, acordes con el Espacio Europeo de Educación Superior, así como el despegue de la investigación, el desarrollo y la innovación en la Comunidad.

Los rectores denuncian que las universidades no son prioritarias en la política educativa de la Comunidad, precisamente en un momento en que cuatro universidades públicas madrileñas acaban de obtener el certificado de Campus de Excelencia Internacional. Además, señalan, todas han aumentado el número de estudiantes, tanto los procedentes de la Comunidad como de otras Comunidades y extranjeros y resulta paradójico que, mientras otras comunidades han aumentado el presupuesto de las universidades, la de Madrid lo reduzca condenándolas a la asfixia económica. Dicen ser conscientes de la situación económica por la que atraviesa el país y por ello están haciendo grandes esfuerzos en el recorte de gastos pero, al mismo tiempo, destacan el consenso existente en Europa sobre la idea de que es necesario invertir más en educación e investigación para salir de la crisis.

Mi reflexión se orienta precisamente en ese sentido. Los rectores han señalado algo que los políticos, de la Comunidad y del Gobierno de la nación, del PP y del PSOE, dicen compartir. Sin ir más lejos, en los documentos que ambos partidos se han lanzado en la estéril pelea de la fallida cumbre autonómica, se hace alusión a la I+D+i y a la educación como motores imprescindibles para salir de la crisis. Alguien debería decirles que no basta con escribirlo en un documento o proclamarlo en un discurso; que hay que dotar en los presupuestos, de la Comunidad o del Estado, las partidas correspondientes en la cuantía suficiente para que se haga realidad el despegue de la economía basado en un sistema educativo más competitivo y en la investigación. Confiando en la magia de las palabras no vamos a ningún sitio pero, aunque no creo en los caracteres nacionales, me pregunto si estamos condenados en este país a primar la palabrería sobre la acción.

Actualmente, el precio que un alumno paga por la matrícula en una universidad pública oscila entre los 700 y los 1000 euros, según se trate de una carrera de las llamadas no experimentales o de una experimental. Esto supone aproximadamente el 20 por ciento del coste real de una plaza, que oscila entre los 5000 y los 6000 euros, y es cierto que estas cifras están muy distantes del precio que las universidades de los países desarrollados, las más competitivas, cobran al alumno y de los costes que tienen. Por ello algunos docentes proponen elevar el precio de la matrícula como medio para elevar la calidad de nuestras universidades, eliminando la penuria económica. En mi opinión, esto supondría un retroceso al establecer una intolerable selectividad económica en el acceso a la educación superior. Para no retroceder en la igualdad y tener universidades a la altura del país que queremos ser, y que hasta ahora creíamos ser, tendremos que ahorrar en otras cosas, pero no en educación.

viernes, 4 de diciembre de 2009

LA REFORMA OCULTA DE LA CONSTITUCIÓN

Es tan raro oír públicamente expresar su opinión a los juristas sobre lo que está ocurriendo respecto a la reforma espuria de la Constitución que está teniendo lugar por la vía de las reformas estatutarias, que comienzan con la del Estatuto de Cataluña, que es imprescindible hacerse eco de las raras voces que se atreven a decir en público lo que piensan en privado. Roberto Blanco Valdés, Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela ha lanzado la acusación de que es altísimo el número de juristas que expresan en privado que el texto del Estatuto de Cataluña es inconstitucional. Lo ha hecho en la conferencia sobre “La reforma oculta de la Constitución” que ha impartido en el Círculo de Bellas Artes, seguida de una mesa redonda en la que, moderados por la abogada del Estado Elisa de la Nuez, han intervenido el que fuera presidente del Tribunal Constitucional, Álvaro Rodríguez Bereijo, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la UAM, Ignacio Solís Villa, notario y Decano del Colegio de Madrid y Alberto G. Ibáñez, del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. El acto, organizado por la Fundación Progreso y Democracia ha sido notable como toque de atención sobre la deriva peligrosa que está siguiendo el texto constitucional y por la importancia que tiene el que una personalidad como Álvaro Rodríguez Bereijo, con la autoridad que su trayectoria le confiere, haya expresado el temor de que, si el Tribunal Constitucional no lo remedia, serán los Estatutos de Autonomía los que regulen la organización territorial del Estado.

Roberto Blanco Valdés comenzó su exposición asegurando que se percibe un cambio de clima en cuanto a sacar a relucir la necesaria reforma de la Constitución, clima que no se percibía hace dos años cuando Unión Progreso y Democracia se atrevió a plantearlo. A continuación hizo un repaso a la historia constitucional española en el que destacó que no ha habido reformas constitucionales sino violación sistemática de las constituciones, al no haber existido un control de constitucionalidad. La Constitución de 1978 es en este sentido una excepción al establecer el control de constitucionalidad, hecho que la caracteriza junto al blindaje.

A continuación señaló que, excepto en la reforma del Senado y en el orden de sucesión en la Corona, no había hasta ahora una conciencia de que hubiera que reformar el texto constitucional para preguntarse cómo surge esta reforma espuria y responder que se debe a la estrategia de Maragall de aumentar su oferta nacionalista para ganar las elecciones, pese a que nadie, ni siquiera CIU, estaba interesado en reformar el Estatuto. Este hecho determina que se llegue a un Estatuto que reforma la Constitución en aspectos sustanciales y cita el ejemplo del Consejo General del Poder Judicial al establecerse un Consejo de Justicia de Cataluña, que no está previsto en la Constitución y cuyas competencias se solapan con las del CGPJ. Además de la perspectiva jurídica, considera una insensatez política el proceso a que va a dar lugar, un Estado ingobernable, si el Tribunal Constitucional lo declara ajustado a la Constitución porque todas las Comunidades seguirán ese rumbo y ya no se podrá abordar la reforma que requiere la Constitución.

Álvaro Rodríguez Bereijo coincidió esencialmente con este análisis y caracterizó la situación actual como de "encrucijada constitucional", señalando que se precisa un consenso tan amplio al menos como el de 1978 para abordar una reforma, eliminando defectos e imprecisiones, pero se muestra pesimista sobre esta posibilidad. Hasta 2004, prosiguió, la rigidez del texto había sido su defensa, rigidez que le permitía asimilar cambios, supervisados por un Tribunal Constitucional responsable. Pero la acción concertada de un insensato, Maragall, y un irresponsable, Zapatero, ha dado lugar a una situación en que ninguna de las dos fórmulas, ni la reforma ni la rigidez, con su capacidad de resistencia adaptativa, parecen fáciles de lograr ahora. Se ha colocado al Tribunal Constitucional en una posición muy fuerte, excesiva, se le ha abocado a suplir al Congreso y al Senado. Hay responsabilidad en los miembros del Tribunal, pero sobre todo en la frivolidad política de los iniciadores y de los parlamentarios. En las Cortes, juristas de prestigio, continuó, han avalado disparates en la discusión del texto y han votado a favor de un Estatuto del que estaban en contra, sin querer establecer, además, el recurso previo de inconstitucionalidad para las reformas estatutarias.

Rodríguez Bereijo ha insistido, a lo largo de su exposición, en la solidez y fortaleza que debería tener el Tribunal Constitucional, refiriéndose a las palabras del fallecido Tomás y Valiente, al caracterizar como "pecado original" la sentencia de Rumasa, que es, a su juicio, una excepción en una trayectoria de independencia. Recordó que él mismo ya advirtió en 1999 sobre los riesgos que se veían venir y advirtió que el Tribunal debía ser fuerte como una roca. También recordó a Tomás y Valiente al mencionar que "el Tribunal pierde prestigio por lo que hace pero también por lo que de él se hace", al hilo de su crítica a las "groseras" presiones a que está siendo sometido por parte de políticos y periodistas, presiones y fragmetanción que no tienen precedentes por su intensidad y que están causando daños irreversibles.

Ignacio Solís se refirió en su intervención a los dos procedimientos de reforma, el ordinario, regulado en el art. 167, y el agravado, en el 168. y a la ambigüedad de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional sobre si la propia reforma es susceptible de control por el Tribunal Constitucional. Rechazó en su intervención la doctrina del "bloque de constitucionalidad", formado por la Constitución, Estatutos y Leyes Orgánicas pues da lugar a que normas que pueden ser inconstitucionales sean a su vez el modelo para decidir sobre la constitucionalidad de otros preceptos.

La intervención de Alberto Ibáñez, bajo el título "Política y eficacia", estuvo dedicada al interesante ejercicio de valorar los costes del Estado autonómico, deslindando los gastos inevitables de los evitables y, entre éstos, los costes por actuaciones innecesarias y superfluas, por fraccionamiento de los servicios, duplicidades, actuaciones redundantes como las televisiones públicas autonómicas, las embajadas de las Comunidades Autónomas, la proliferación de observatorios, los gastos excesivos de personal y propuso para solucionar estas lacras una serie de medidas pero, sobre todo, la idea motriz de situar al ciudadano en el primer nivel, pues la ineficacia redunda en su perjuicio.

En el coloquio que siguió, me interesaron especialmente la respuesta de Rodríguez Bereijo a los asistentes señalando los fallos de los constituyentes al no prever las consecuencias de esa "ingeniería" que lleva aparejado el Título VIII. Los constituyentes no previeron el modelo definitivo cuyo problema, más que el de resultar ingobernable, es el de los costes de la gobernabilidad. Destacó el error de no reservar una competencia al Estado sobre la ordenación del territorio, fallo que llevó durante su mandato al frente del TC, a hacer una mala sentencia sobre un asunto relacionado con esa competencia. Coincidió con Roberto Blanco al señalar que, no obstante los fallos, lo imprevisible, y factor determinante de la quiebra del modelo, había sido la deslealtad nacionalista. Imprevisible, pienso, si no se conoce la esencia del nacionalismo. También afirmó que los miembros del TC no son independientes "porque no quieren" y, al preguntarse qué pasa en nuestra democracia para que las cosas no sean como tienen que ser, encuentra la respuesta en la clase política, en los partidos, que precisan de una reforma en su organización, en su funcionamiento, que debe ser democrático, también en el cambio que necesita la ley electoral, pero el problema, afirmó, está también en la ciudadanía. Esto puede parecer una obviedad, pero es muy importante que se diga, que seamos conscientes de que el desistimiento de los ciudadanos es el mejor aliado de una clase política degenerada en su carrera hacia la perpetuación, sin voluntad de solucionar los problemas y, lo que es peor, agravándolos cuando le conviene.

domingo, 22 de noviembre de 2009

25 DE NOVIEMBRE DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES

La lucha contra la violencia machista no es cuestión de un día pero, si es un motivo para reflexionar y educar, bienvenido sea.
El vídeo que se enlaza abajo es uno de los que se han realizado con motivo del Día Internacional contra la Violencia sobre las Mujeres. Son duros casi todos, aunque no tanto como la realidad que intentan retratar y cambiar y la que reflejan las cifras: Más de 100.000 órdenes de protección, 49 mujeres asesinadas en lo que va de año, aumento de denuncias de maltrato y situaciones de maltrato no denunciadas... Según los datos del primer semestre, el 11,5 por ciento de las asesinadas renunciaron a la orden de protección, tal vez por confianza, tal vez por no irritar más al asesino.
He elegido este vídeo porque refleja esa situación de confianza en el arrepentimiento del verdugo. La frase de una conocida feminista: "El amor es el opio de las mujeres" vuelve a mi memoria. Me gustaría pensar que las campañas que se hacen en los institutos y colegios, las que se harán esta semana y espero que no sólo esta semana, sirvan para hacer germinar en adolescentes aún moldeables otra forma de entender las relaciones y de quererse, porque a los adultos maltratadores es difícil hacerlos cambiar. Para neutralizarlos, solo cabe perfeccionar las medidas de protección, porque fallan en muchos casos, y no desentendernos porque las situaciones de maltrato nos rodean y no podemos mirar para otro lado.

jueves, 12 de noviembre de 2009

LA SECA DE LA ENCINA

Un mal se extiende por las dehesas de Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla-León. También afecta a la Sierra de Madrid. Se trata de una enfermedad de los árboles del género Quercus(encinas, alcornoques y robles)y se atribuye principalmente a un hongo, el phytophtora cinnamomi, aunque también hay implicados otros tipos de hongos, bacterias e insectos. El hongo invade las raíces más finas de los árboles, reduciendo la capacidad del árbol para absorber agua y provoca la muerte del mismo, de forma lenta o por muerte súbita. La edad de los árboles, en su mayoría muy viejos, y el clima, cada vez más caluroso, son factores relacionados con esta plaga que amenaza con dejar herido de muerte el ecosistema de la dehesa.

Aunque el fenómeno está descrito desde hace más de un siglo, es durante la década de los ochenta cuando empieza a tener importancia y se empiezan a hacer los primeros estudios. Éstos no han dado lugar hasta el momento a la adopción de medidas prácticas para solucionar o reducir el problema. Por fin la noticia empieza a ocupar algún espacio en los medios de comunicación, si bien no el que debiera en razón de su importancia porque los datos empiezan a ser muy alarmantes. Existen distintas cifras y probablemente ninguna exacta. Se estima que en 2008 afectaba a 246.000 hectáreas de los 2,5 millones de hectáreas de dehesa de la zona suroeste de España, y se habla de más de 500 focos en Extremadura y Andalucía, aunque, según otras fuentes, ya en 2002 había más de 440 focos sólo en Extremadura. Lo cierto es que este verano, con un periodo de sequía muy prolongado y altas temperaturas, ha aumentado mucho la superficie afectada.

Los propietarios de tierras, las poblaciones afectadas para las que la dehesa es la base de su economía, y los amantes de la naturaleza están preocupados, pero hoy he tenido la certeza de que no lo están, no en el mismo grado, los políticos que pueden impulsar medidas para detener esta plaga porque tienen poder, recursos y obligación de hacerlo. Al poner en la barra de google "Junta de Extremadura seca de la encina" se obtiene un resultado de decenas de páginas donde el Consejero de Agricultura y Desarrollo Rural declara que no hay que ser alarmistas, que el problema no es para tanto porque Extremadura tiene más de un millón de hectáreas de dehesa de encinas y alcornoques y "la seca sólo afecta a unos miles de ejemplares". Gran aportación la de este hombre, el consejero valium. El resto son noticias y reportajes de prensa, comentarios en blogs y algún archivo de estudios de principios de los 90, en los que aparece mencionada la Junta, declaraciones sobre propósitos, etc. Haciendo la prueba con la Junta de Andalucía, los resultados son igualmente desalentadores. Intentaba con este sondeo encontrar señales de que se están poniendo en práctica medidas concretas a partir de los estudios que se han realizado, ante la posibilidad de que la información directa de que dispongo no fuera lo suficientemente completa como para concluir que no se está llevando a cabo ningún plan. Lo visto en la red confirma que no se ha empezado a hacer nada práctico y no por falta de información. Se puede y se debe seguir investigando pero esto no es obstáculo para empezar a aplicar lo que ya conocemos, y esto no se está haciendo.

¿Qué es lo que no se está haciendo? No se asesora a los productores sobre la enfermedad y, si éstos preguntan, se les dice que no hay solución o se les aplica el tratamiento "valium":tranquilícense, no hay que alarmarse; no se les explica que la sobreexplotación es una de las causas que están detrás del problema para que adecuen el número de cabezas de ganado al tamaño de las fincas, pues en algunas zonas es excesivo y parecen ser las más afectadas; no se les dan instrucciones precisas sobre la forma de podar, aunque se sabe que las podas incontroladas han hecho más vulnerables los árboles, ni se advierte sobre la necesidad de desinfectar los instrumentos de poda; no se obliga ni se recomienda el acotamiento de zonas a salvo del paso del ganado y, sobre todo, no hay una política decidida de repoblación y protección de brotes nuevos a pesar de que una de las conclusiones más claras de las investigaciones es que los árboles jóvenes son más resistentes y que el envejecimiento de la dehesa es, junto al incremento de las temperaturas, la principal causa de fondo que favorece la proliferación del hongo y de los demás microorganismos responsables.

Es sabido que en la Junta de Extremadura gran parte de las energías han estado volcadas en los últimos años en el proyecto de la refinería de Tierra de Barros, un proyecto no sostenible, lesivo en grado sumo para la agricultura de la zona, en el que se han empecinado pese a sus efectos sobre el paisaje y la agricultura y, sobre todo, pese a las evidencias que apuntan a que se va a invertir en una industria condenada a la obsolescencia en pocas décadas pues el declive de la producción de petróleo no tiene vuelta atrás. Traigo esto a colación porque me parece sintomático de las prioridades de los políticos extremeños. También falta acción eficaz respecto a la seca en las demás comunidades afectadas y en el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, pero lo que hace más serio el problema en Extremadura es la importancia en relación al conjunto de su economía que allí tienen las actividades productivas ligadas a la dehesa: un tercio del terreno productivo está ocupado por colonias de árboles "quercus", de encinas o alcornoques, y la dehesa constituye un factor imprescindible de fijación de población rural en sus núcleos, salvaguarda de la emigración masiva.

La dehesa es un ecosistema semi-natural, es el resultado de la acción del hombre sobre el bosque natural originario, que ha permitido que convivan en él una diversidad de actividades económicas: la silvicultura, la ganadería, la agricultura, la apicultura, la caza, el turismo. Es el resultado de años de esfuerzo y su pérdida sería un desastre de graves consecuencias. Aunque sólo sea por el principio de precaución, es necesario alarmarse y actuar.


martes, 27 de octubre de 2009

LA HISTORIA DE HYPATIA DE ALEJANDRÍA NOS HACE PENSAR


"Y es que hemos visto con nuestros ojos y escuchado con nuestros oídos a la auténtica maestra de los misterios de la filosofía"

Sinesio de Cirene. Carta dirigida a su amigo Herculiano



De vez en cuando el cine nos da una alegría en medio de decenas o centenares de títulos perfectamente obviables. La última película de Amenábar, Ágora, nos trae a la memoria o nos lleva a conocer la figura de Hypatia de Alejandría, desconocida para la mayoría, pero que fue una figura relevante en la Alejandría de finales del siglo IV y principios del V. Además de otros méritos, la película tiene la virtud de poner de relieve con gran destreza la oposición conocimiento-religión a través de esta historia cruel donde el afán por el conocimiento pierde ante el fanatismo religioso. Su fidelidad a los hechos históricos conocidos es bastante notable, aunque contiene elementos de ficción, inevitables en una recreación histórica para el cine, y la posición de Sinesio no se ajusta mucho a la realidad, pues este siempre se mantuvo fiel a su admirada maestra, según se refleja en sus cartas.

Persona influyente, maestra y amiga del prefecto de Egipto, Orestes, y de otros personajes importantes de la política y el clero, como Sinesio de Cirene, a los que instruyó en la filosofía neoplatónica, en las matemáticas y la astronomía, a Hypatia la conocemos sobre todo a partir de los escritos de Sócrates Escolástico, quien la describe como "una mujer que logró tales alcances en filosofía y ciencia que sobrepasó en mucho a todos los filósofos de su tiempo. Habiendo sucedido a la escuela de Platón y Plotino, explicaba los principios de la filosofía a sus oyentes, muchos de los cuales venían de lejos para recibir su instrucción". También a través de los textos de su padre, Teón de Alejandría, matemático y astrónomo; de textos de Damasio de Damasco y de las cartas de su discípulo Sinesio de Cirene, en las que puede apreciarse la admiración que despertaba y cómo su escuela era foco de atracción a la que acudían desde muchos lugares del Imperio los deseosos de aprender. La mayoría de sus aportaciones no han sobrevivido el paso del tiempo. Son conocidos sus estudios sobre las figuras cónicas y se supone que llegó a compartir las teorías del helenista Aristarco sobre el heliocentrismo, en contra del sistema ptolemaico aceptado por la Iglesia, que situaba la Tierra en el centro del Universo, estática y con el sol girando alrededor. La idea de Aristarco, y los escritos de Hypatia al respecto, que probablemente consultó Copérnico en Florencia, no volverían a hacerse valer hasta que éste demuestra el error en el sistema de Ptolomeo.

La cruel muerte de Hypatia en marzo del año 415, a manos de cristianos fanáticos influidos por Cirilo(San Cirilo), patriarca de Alejandría, se sitúa en el marco de la lucha de poder entre el prefecto del imperio, Orestes, defensor de la emergente comunidad judía, y Cirilo, apoyado por el nacionalismo egipcio y las masas oprimidas de esclavos y no ciudadanos. La convivencia que había imperado hasta el momento entre las religiones, el paganismo y la filosofía, se rompe, se impone el fanatismo cristiano y, tras el asesinato de Hypatia, Orestes se va de la ciudad que había sido uno de los más importantes focos culturales del Imperio, con su inmensa biblioteca, que conoció varias destrucciones, una de las cuales se cree tuvo lugar en la época que retrata la película. Ella no había querido convertirse al cristianismo, fiel a su interés por el conocimiento, y su actividad científica y su vida tampoco encajaban en el modelo de mujer sumisa e ignorante que al cristianismo convenía.

Asistimos a uno de los episodios que marcan el fin de la sabiduría clásica y los inicios de una época de oscuridad bajo la égida del cristianismo que, convertido en religión oficial del Imperio, impone unos dogmas que entran en contradicción con la observación científica. El italiano Lucio Russo plantea en su libro "La rivoluzione dimenticata" ("La revolución olvidada", no traducido) que el helenismo trajo consigo el inicio del método científico, que alcanzó cimas que no se volverían a recuperar hasta la Edad Moderna. Hypatia era una brillante heredera de los filósofos-científicos helenistas y su fin simboliza el enterramiento durante siglos de una ciencia avanzada en beneficio de la superstición. El declive del mundo antiguo y la oscuridad medieval nos hacen reflexionar sobre un hecho que olvidamos: Las civilizaciones no avanzan linealmente hacia cotas superiores de progreso; también colapsan, desaparecen, por diversas causas y hay más de un ejemplo en la Historia, porque en nuestro ser conviven lo mejor y lo peor; lo que nos hace avanzar y lo que nos hace destruirnos.

La historia de la alejandrina tiene más de una lectura. Para algunos, Hypatia es la primera mártir de la misoginia. No creo que fuera la primera pero sí un símbolo de las dificultades de ser mujer libre. No tenemos que irnos dieciséis siglos hacia atrás para encontrar en el mundo islámico hoy día mujeres a las que está prohibido incluso el acceso a la educación. El fanatismo religioso, con su carga misógina, no es cosa del pasado y, por razones que habría que tratar, aunque no aquí, la mujer es víctima predilecta de su sinrazón.




martes, 13 de octubre de 2009

SOBRE LA NUEVA LEY DEL ABORTO

En contra de lo que puede parecer a la vista de la convocatoria de manifestación para el día 17, en España el aborto está despenalizado desde 1985, en los supuestos de violación, malformaciones del feto y peligro grave para la vida o la salud física o psíquica de la madre, regulados en el artículo 417-bis del Código Penal. A tenor de este último, se puede decir que, en la práctica, el aborto no ha tenido limitaciones, pero sí ha dado lugar a una situación de inseguridad jurídica para los médicos responsables de los dictámenes y también a que se practiquen abortos en etapas muy avanzadas del embarazo, pues este supuesto no tiene limitación temporal. El proyecto de ley sobre Salud Sexual y Reproductiva y sobre Interrupción Voluntaria del Embarazo que el Gobierno ha presentado para su debate en las Cortes supone una mejora que resulta imprescindible para evitar la inseguridad jurídica y también los abortos en etapas muy avanzadas de la gestación, al establecer un plazo de 14 semanas de aborto libre por decisión de la mujer, no sujeto a ninguna mediación médica ni jurídica, aunque sí a la información en el centro de salud sobre las ayudas a la maternidad. Entre la semana 14 y la 22, se establece la posibilidad de abortar por malformaciones graves del feto o peligro grave para la vida o la salud de la mujer y, más allá de la 22, solo en caso de malformaciones incompatibles con la vida se podría interrumpir el embarazo.
No veo, pues, motivo sincero para este rasgado de vestiduras por parte de los contrarios a la nueva ley cuando el número de abortos no va a aumentar cuando esté vigente. La posición de la Iglesia Católica es contraria en cualquier caso, incluso cuando la vida de la madre esté en peligro, y también es contraria a los anticonceptivos, luego, en principio, no tiene mucho sentido aprovechar esta reforma para fijar posiciones salvo que consideremos, y hay que concederles eso, que todo el mundo tiene derecho a ser oportunista a la hora de divulgar sus ideas, aprovechando el mejor momento en que tienen más posibilidades de ser escuchadas o que tácticamente les interese. Pero no es de recibo discutir la potestad del Estado de legislar para todos, teniendo en cuenta, además, que ninguna mujer está ni estará obligada a abortar en ningún caso.
Más chuscas resultan las declaraciones de los dirigentes del PP, que merecen comentario aparte. Decir que el gobierno utiliza la ley del aborto para "tapar la crisis económica" no es una genialidad política, la verdad. Según esa lógica, cualquier medida no relacionada directamente con la crisis económica debe posponerse hasta que ésta pase para que no dejemos de ser conscientes de ella en todo momento. Me sorprendería que alguien afectado por la situación económica se olvidara de que se ha quedado en paro, por ejemplo, solo porque se está discutiendo sobre el aborto en el Congreso. Tal vez el PP refleja ahí su miedo a que nos olvidemos de que hay crisis económica porque cifra en ello sus esperanzas de llegar a gobernar. Pero hay otra razón por la que es una majadería contraponer los problemas económicos a la regulación del aborto: La reproducción humana es un asunto económico sin lugar a dudas. Lo es a escala macroeconómica, en la que podemos apreciar la estrecha relación demografía-economía y, como es obvio, lo es a escala microeconómica porque, tras la decisión de abortar, está en un buen número de casos el peso de la situación económica de la mujer y su pareja. Por supuesto que, además del aspecto económico, tiene otros morales, religiosos en algunos casos, médicos...pero tanto en la motivación de muchas de estas decisiones como en sus efectos, no se puede negar la implicación económica. Esperamos mejores argumentos por parte del PP en el momento del debate parlamentario.
Creo que merece la pena centrarse en lograr que el texto de la nueva ley sea el mejor posible y que el debate sea sereno, porque sin duda se puede mejorar el proyecto. En mi opinión, carecería de sentido que la indicación de peligro grave para la salud incluyera la de peligro grave para la salud psíquica de la mujer. Éste sería el principal aspecto a mejorar, permitiéndose entre la semana 14 y la 22 el aborto por malformaciones graves del feto y peligro para la vida o la salud física de la madre que son supuestos objetivables. Si una de las motivaciones de la ley es evitar la inseguridad jurídica, no puede dejarse esta indicación ambigua que en la ley vigente ha dado lugar a que el aborto haya sido libre en la práctica sin limitación. Con un plazo de 14 semanas de aborto libre no se ve la necesidad de introducir estas trampas. Es un plazo más que suficiente para tener un diagnóstico y tomar una decisión. Otro punto a mejorar sería determinar claramente que el plazo de 14 semanas se hiciera según el cómputo médico habitual, y no desde la concepción, pues, si no se precisa, estaríamos ante otra fuente de inseguridad.
No comparto, sin embargo, el rechazo de gran parte de las opiniones publicadas a la posibilidad de que las jóvenes de 16 y 17 años puedan abortar sin permiso paterno. Es claro que la medida tiene como finalidad evitar que, ante un embarazo no deseado, una joven tenga que continuar adelante con él por la oposición de sus padres cuando existen diferencias ideológicas entre ambas partes. O, lo más probable, que recurra a un aborto clandestino. No olvidemos que el tener un hijo es una decisión que determinará la vida de la madre de forma permanente; suya, por tanto, debe ser la responsabilidad y esto se debe salvaguardar en los casos de conflicto. Para conciliar el ejercicio de la patria potestad hasta la mayoría de edad legal con el derecho de la mujer embarazada, la ley mejoraría bastante si incluyese las recomendaciones que a este respecto ha formulado el Consejo de Estado sobre el derecho de los padres de la menor a ser informados salvo en casos excepcionales de desarraigo familiar, violencia doméstica o agresiones y abusos sexuales. Ese informe considera los 16 años como el umbral de la madurez y se remite para fundamentar jurídicamente esta opinión al Código Civil donde se establece que a esa edad se puede instar la emancipación de los menores.
Pienso que lo mejor que los padres pueden hacer para evitar el aborto de sus hijas es preocuparse de darles, a ellas y a los hijos varones, la mejor formación sexual, que es algo más que la información, para evitar embarazos no deseados, y reclamarla del sistema educativo. No me ahorraré el lugar común de esperar que la educación sexual que demos a los adolescentes sea tan efectiva que no haya lugar a que tengan que pasar por ese trance. Nunca se dirá bastante. Más difícil lo tienen los padres católicos que no admiten otro método anticonceptivo que no sea la castidad, pero esa es otra historia. Tampoco me ahorraré otro lugar común que es el de abogar por los hijos que ya están, vivos y conscientes, a los que hay que dar lo mejor para que pasen por este "valle de lágrimas" en las mejores condiciones posibles, y una de las cosas mejores que podemos darles es, tal vez, el privilegio de haber nacido deseados.

martes, 6 de octubre de 2009

LA CIENCIA EN ESPAÑA NO NECESITA TIJERAS


El recorte de fondos para investigación que contiene el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2010 es no sólo una mala noticia; es, además, una noticia sorprendente porque el Gobierno había alardeado reiteradamente de considerar la I+D+i como una prioridad de su actuación política. Aunque no es raro ver este abismo entre palabras y hechos del Gobierno, algunos habíamos pensado ingenuamente que había una verdadera convicción en este caso en priorizar la subvención a la investigación científica como motor de desarrollo. Pero lo cierto es que los fondos para investigación caen un 15% sobre los de 2009, que ya habían visto frenar la tendencia al alza producida hasta 2008. Hay que evitar que esto se consume y propiciar que, en el debate parlamentario, se modifique esta partida.
Hoy, 7 de Octubre, somos muchos los blogueros que, siguiendo la propuesta lanzada por "La aldea irreductible", nos unimos a esta iniciativa de dar una razón para que no se recorte el presupuesto en I+D. Todas juntas pretenden aportar un conjunto de argumentos que frenen este desatino.
Mi razón es una muy obvia y compartida: El desarrollo de nuestra economía en los últimos años se ha basado en el ladrillo y, paradójicamente, esto significa que tenía los pies de barro. Por ese motivo, la crisis nos afecta más profundamente y se prevé más duradera o, incluso, que salgamos de ella en su momento de manera débil. Hay, por ello, coincidencia en dar un giro a nuestro modelo de desarrollo y caminar hacia uno basado en la innovación que impulsará la expansión a largo plazo y con sólidos cimientos. Para ese giro, la investigación científica es un elemento esencial. No perdamos otra vez el tren. Hay muchos gastos superfluos de los que recortar todavía para que no sea necesario tocar una herramienta básica de nuestro desarrollo.

viernes, 25 de septiembre de 2009

LA ERA DE LA ESTUPIDEZ

Es el título de la película que el día 22 se estrenó en un gran número de ciudades en todo el mundo, una llamada más de atención sobre el desastre que nos aguarda si no tomamos medidas eficaces y urgentes para frenar el calentamiento global. Situada en el año 2055, en ella un superviviente de la catástrofe se pregunta por qué no se hizo lo necesario para evitar el desastre cuando aún estábamos a tiempo.
Si hacemos caso a quienes opinan que la estupidez inherente al ser humano lo lleva a tomar siempre las peores decisiones posibles, ese escenario apocalíptico es casi seguro. Pero pensemos o no tan radicalmente sobre nuestra inteligencia, no podemos dejar de observar rasgos de estupidez muy profunda en nuestro comportamiento, especialmente en el de los que rigen nuestros destinos desde los gobiernos, sea porque la selección negativa ahí los ha situado o porque responden al del humano medio que los ha elegido. La estupidez adopta en este caso diversas formas: La de los intereses económicos cortoplacistas, la de la demagogia grandilocuente y la de la negación.
Ejemplo de la primera son las reticencias de los países ricos a ayudar a los países en desarrollo a frenar sus emisiones o a compensarlos por dejar de deforestar, o la escasa implantación de medidas fiscales como la tasa sobre el carbono, que pocos países han adoptado. De la segunda hemos tenido alguna muestra en la reciente cumbre de la Asamblea de Naciones Unidas: Si el discurso de Obama es impecable en sus buenas intenciones, no lo es en cuanto a compromisos reales y en cifras. Tal vez los guarda para la próxima cita de Diciembre en Copenhague sobre cambio climático o tal vez no está EE.UU dispuesto a poner en riesgo su crecimiento económico asumiendo compromiso alguno. De momento, China, que se ha convertido desde 2008 en el primer emisor de CO2, ha avanzado un compromiso de reducir notablemente sus emisiones para 2020 por unidad del PIB, por debajo de los niveles de 2005 y Japón, en un 25 por ciento, situándose por debajo de los niveles de 1990. Ambos países asiáticos han dado la impresión en Nueva York de estar más dispuestos a compromisos en este sentido.
También las palabras de Zapatero han ido en esta ocasión por delante de sus hechos. En su discurso afirma que el cambio climático será más devastador que la crisis, cosa que ya sabíamos, sin mencionar tampoco compromiso alguno, ni interno ni de ayuda a los países emergentes. El problema es que esa convicción que parece tener no ha orientado las políticas medioambientales que ha estado llevando a cabo, más bien parece que éstas han retrocedido o se mueven por caminos erráticos. La desaparición del Ministerio de Medio Ambiente, al frente del cual estaba una ministra con voluntad y conocimientos suficientes para llevar a cabo nuestros compromisos de reducción, fue un indicio de que ésta no era una prioridad de su gobierno. La integración de aquél en el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, cuya titular nunca ha expresado ni mostrado interés algunos en los asuntos medioambientales, era una señal clara de que el cambio climático y la contaminación no estaban en su agenda como asuntos importantes. Si ahora tiene intención de pasar de las palabras a los hechos, la Ley de Economía Sostenible que se prepara es una buena ocasión para poner en marcha medidas decisivas como la de una fiscalidad verde, con una tasa al carbono.
Otra forma de estupidez, la de la negación, aliada con frecuencia con la de los intereses económicos, es la más absurda. Existe unanimidad en la comunidad científica sobre un aumento peligroso de la temperatura terrestre y sobre la actividad humana como causa de éste. Las discrepancias se ciñen a valorar la rapidez de los cambios o los efectos concretos en una zona u otra del planeta. Existe unanimidad sobre la extinción acelerada de especies, sin parangón en la historia de la Tierra. Otro riesgo inmediato, como el de la sobrepoblación, reforzará el del cambio climático. Por eso me sorprende que el informe que ha dado a conocer de la FAO, donde nos habla de un 30 por ciento de aumento de la población mundial para 2050, se muestre moderadament optimista sobre la posibilidad de que hubiese alimentos para esos cerca de 10.000.000.000. No dice nada de darles coche y ropa a partir de derivados del petróleo. Con todos mis respetos para la FAO, algo no me cuadra aquí. No son negacionistas pero no creo que hayan extraído todas las consecuencias de la situación y las predicciones más fiables.
Concluyo: aliados de la estupidez, o elementos de la misma, son la codicia, el narcisismo, la mendacidad, la ignorancia. Tomar las decisiones sobre hechos ciertos, el mejor remedio.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

PROSTITUCIÓN. DE LO SÓRDIDO A LO SUBLIME SIN ESTACIÓN INTERMEDIA

Cuando los políticos y legisladores se ponen sublimes, hay que echarse a temblar. Cuando se confunde la ética privada con las leyes que regulan una realidad imperfecta, podemos estar seguros de que, no sólo no se va a solucionar un problema, sino de que se va a perpetuar y empeorar. Una de las cuestiones recurrentes en las que la doble moral se pone de manifiesto, poniendo muy alto el listón de cómo deben ser las cosas, mientras se cierra los ojos ante lo que son realmente, es la de la prostitución.

Con motivo de la situación en el barrio del Raval en Barcelona, que se ha aireado en los últimos días, ha vuelto a suscitarse el debate sobre la legalización de la prostitución voluntaria y hemos vuelto a escuchar o leer los tópicos habituales. El de que la legalización significa consolidar e institucionalizar la explotación del cuerpo de las mujeres como mercancía es el argumento con el que una representante del PSOE contesta a las demandas de legalización. En este partido apuestan por la abolición, dicen, queriendo decir por la desaparición, al igual que en el PP, salvo la voz disonante de Esperanza Aguirre, con la que en esta cuestión estoy de acuerdo(cosas más raras se han visto). A mí esta apuesta me trae a la memoria aquellas palabras de la canción de Georges Moustaki: "Yo decreto el estado de felicidad permanente...", pues tan alcanzable me parece ese estado como la desaparición de la prostitución.

En primer lugar, habría que empezar por reconocer que esa explotación y degradación afecta no solo al cuerpo de esas mujeres, sino también al de los hombres que, según las estadísticas conocidas, no sé si fiables por tratarse de una actividad alegal, son en torno a un 5 por ciento del total de personas que ejercen la prostitución, siendo un 7 por ciento los transexuales y un 88 por ciento las mujeres. Los que opinan que comprar los servicios sexuales de una persona que voluntariamente los ofrece es violencia machista deberían explicar cómo encaja esa categoría cuando se trata de un hombre y el cliente es una mujer, mercado minoritario y silencioso por razones sobre todo culturales, pero que ahí está. Por otra parte, la dignidad o degradación que se asocien a una conducta son conceptos en gran medida subjetivos, aunque tengamos muy enraizadas ciertas nociones de lo que es digno y una de ellas es que el cuerpo y la relación sexual debe formar parte de un ámbito de libertad que debe estar ajeno al mercado. Eso es lo ideal y a lo que, sin duda, todos tendemos. Pero considero afortunados, no mejores en principio, a los que no tienen dificultad para vivir de acuerdo al ideal, en este u otros terrenos. Dado que los deseos son universales y repartidos con generosa igualdad, mientras que el atractivo que facilita su satisfacción está muy injustamente distribuido, al igual que la riqueza y la educación, cuya falta lleva a muchos a no ser exquisitos, tenemos ahí una causa muy obvia y permanente de existencia de una demanda que inevitablemente genera una oferta.

Tampoco podemos obviar que hay otros valores no mercantilizables que nadie cuestiona que se hayan mercantilizado. Un caso clásico es el de la opinión, la expresión del pensamiento, tantas veces vendida al mejor postor, a veces traicionando las propias ideas en aras del beneficio económico. Ni podemos obviar lo que muchos matrimonios tienen de transacción mercantil bajo el halo de respetabilidad que les da la institución. Refrenemos el átaque ético cuando se trata de quitar la dignidad a los más débiles, porque es precisamente la ausencia de una regulación legal lo que hace indigna la actividad. A quienes dicen que nadie se prostituye con libertad total, les diría que no conozco peones de albañil ni limpiadores encantados con su profesión. No pretendamos resolver la contradicción necesidad-libertad de una forma parcial.

Cuestión distinta, aunque conectada, es la esclavitud a que se ven sometidas muchas de las prostitutas inmigrantes. Hay una coincidencia casi unánime en la opinión pública a la hora de condenar la actividad de las mafias que esclavizan a mujeres inmigrantes que hoy día son mayoría en el sector, así como hay mayoría que apoya la legalización cuando la actividad es voluntaria. El Plan Integral de Lucha contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual parte de la base de que son esclavas y víctimas. También el Código Penal castiga al proxeneta pero no a las personas que ejercen la prostitución. Sin embargo, lo que se ha puesto de manifiesto en Barcelona es que, a la postre, las multadas y penalizadas son ellas. Los Ayuntamientos, como el de Barcelona y próximamente el de Getafe, que optan por erradicar la prostitución de la vía pública no tienen otro objetivo que el estético, pero es que tampoco es de su competencia entrar en el fondo del problema.

Obviamente la legalización no es la solución para acabar con las mafias pero sí sería un paso importante en esta dirección. También un elemento de clarificación para los clientes que no quieran contribuir a la esclavitud. Y tampoco los países que han optado por la penalización del cliente, como Suecia, han resuelto el problema. Holanda y Alemania han optado por la legalización y el Tribunal de Justicia Europeo avaló la consideración de la prostitución como actividad económica. Creo que es la vía más sensata por lo expuesto y porque lo menos ético en este asunto es la hipocresía.

martes, 25 de agosto de 2009

Nueva ley de Libertad Religiosa

El Gobierno ha anunciado, para el nuevo período de sesiones de las Cortes, la tramitación de un proyecto de ley que sustituya a la actual Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1.980. Poco se ha filtrado del proyecto pero una cosa es clara: Esta ley no va a resolver el problema de la anomalía del tratamiento de la religión en nuestro ordenamiento jurídico. Y no lo va a resolver porque cualquier ley que pretenda abordarlo tiene el techo insalvable de los Acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede de 3 de Enero de 1.979, acuerdos que tienen la consideración jurídica de tratado internacional y que, por tanto, obligan al Estado en tanto no se denuncien, cosa que ya tenemos claro que el gobierno del PSOE no va a hacer.

Los cambios habidos en la sociedad española son la justificación que da el Gobierno para modificar la actual ley. Esos cambios deberían haber llevado a la denuncia de los Acuerdos, cuya contradicción con la Constitución es, de por sí, motivo para llevarla a cabo. No olvidemos que se negociaron antes de la redacción del artículo 16.3 de la misma y que, tramposamente, se firmaron días después de su entrada en vigor para evitar la aplicación de la cláusula derogatoria. En la parte final del 16.3 se introdujo el ambiguo párrafo que los intentaba hacer digeribles. Es de temer que los cambios a los que tratan de dar respuesta se refieran al número creciente de fieles de otras religiones y que se pretenda equipararlas con la Iglesia Católica en el nuevo texto legal, para compensar la situación de privilegio de que disfruta ésta. Es decir, queridos correligionarios ateos, que, si no queríamos caldo, nos darán dos tazas, pero del Estado no confesional que, sobre el papel, tenemos desde 1.978, nada. También se regulará en la ley la retirada de símbolos religiosos de los espacios públicos. Algo es algo, me digo; pero no, no nos entusiasmemos que, a renglón seguido, el señor Caamaño, ministro de Justicia, nos indica que se exceptuarán los que tengan valor histórico, artístico o para el patrimonio. ¿Y no estarían mejor en los museos?

Ante el anuncio de la Ley, los representantes de la Iglesia Católica han empezado a afilar sus armas dialécticas y a decir cosas tales como que la reforma sirve como excusa para imponer un laicismo fanático. A la hora de hacerse las víctimas son únicos, pero saben bien que, teniendo asegurada la vigencia de los Acuerdos, la situación no puede alterarse sustancialmente. Son muchas las materias que, en virtud de ellos, no son susceptibles de reforma. Por enumerar algunas, según el Acuerdo de asuntos jurídicos, el Estado se obliga a convenir con la Iglesia las fiestas que deben coincidir con festividades religiosas y los efectos civiles del matrimonio eclesiástico y de la nulidad del mismo; en el de asuntos económicos se establecen las bases por las que se rige la financiación a través de los presupuestos del Estado y en el de enseñanza y asuntos culturales se dispone que los planes educativos incluirán la enseñanza de la religión católica en todos los centros de educación en condiciones equiparables a las demás disciplinas. Sobre el asunto de la financiación, el gobierno de Zapatero ha llegado incluso a ampliar el porcentaje de asignación tributaria, de los que elijan que se destine su aportación a la Iglesia, del 0,52 al 0,7 por ciento de la cuota del IRPF para compensar la pérdida de la exención del IVA, no permitida por la normativa comunitaria. El sistema utilizado para esta modificación ha sido el de "canje de notas" por lo que pasa a formar parte del Acuerdo y para su modificación se requerirá la denuncia. El furibundo laicista que dicen es el presidente debería protestar por esta acusación porque ha resultado ser su mejor amigo.

Estas cuestiones, y otras que figuran en los Acuerdos, no podrán ser modificadas por la anunciada ley y, así, seguiremos financiando todos a la Iglesia Católica, a pesar de que los que señalan en la declaración de la renta la casilla de la ayuda a la misma están en torno al 30 por ciento de los contribuyentes(esto significa que hay en torno a un 30 por ciento de católicos) y se seguirá dando catequesis católica en las escuelas por aberrante que nos pueda parecer que en el lugar destinado a la transmisión del conocimiento científico se enseñen creencias que lo contradicen. Seguiremos viendo que el Estado paga a los profesores de Religión elegidos por la jerarquía eclesiástica, y a los tribunales intentando hacer encaje de bolillos con las sentencias cuando se producen despidos por razones de moral católica que chocan con los derechos constitucionalmente reconocidos a todos los españoles pero que tienen lógica desde un punto de vista religioso. La religión solo debería tener cabida en el sistema de enseñanza a través de una asignatura como la "Historia de las Religiones", estudiadas con el mismo criterio que cualquier disciplina histórica, objetividad. Pero, hoy por hoy, el sueño de una escuela laica seguirá siendo un sueño.
Y lo más irritante del asunto es que una cuestión como la de las relaciones de las iglesias y los creyentes con el Estado no estén reguladas por una norma de Derecho Interno sino por un tratado internacional, en un caso de asombrosa cesión de soberanía que hunde sus raíces en el franquismo pero del que aún no hemos logrado librarnos. Con el PP no lo vamos a lograr; su alianza con la Iglesia Católica es un elemento casi consustancial. Pero con el PSOE parece ser que tampoco y no porque tema al poder agitador de la misma sino porque, en su seno, junto a los laicistas, hay un nutrido grupo de católicos fervientes que no están por la labor. No es el caso de Peces Barba, creyente pero partidario de la no confesionalidad efectiva del Estado, sino de socialistas como Bono que, cuando presidía la Comunidad de Castilla-la Mancha fue más allá de lo acordado, introduciendo la enseñanza de la religión católica en la Educación Infantil. No sé cuántos son los de esta tendencia pero sí sé que son influyentes y, mientras los laicistas no den la vuelta a la situación en el PSOE, seguiremos topándonos con la Iglesia.

sábado, 15 de agosto de 2009

VERANEANDO EN SUECIA

La escritora Donna Leon no tenía su mejor día cuando, en un curso de la Universidad de verano Menéndez Pelayo, hizo unas declaraciones demoledoras sobre la novela Millennium, tras afirmar que no había terminado el primer libro. No es raro que hayan salido en tromba a descalificarla los aficionados a la saga de Larsson. Al fin y al cabo, ella es escritora de novela negra y ni sus libros ni los de Larsson son Gran Literatura, sino literatura para entretener, por lo que, desde ese punto de vista, la crítica sobra. Al parecer, hizo referencia a la amoralidad que trasluce la historia, lo que revela que no la ha leído. Estas desafortunadas declaraciones la han llevado a ser acusada de envidiosa del éxito de su colega porque, en pocos meses, se han vendido muchos más ejemplares de Millennium que los que ella lleva vendidos de sus muchos libros del comisario Brunetti.


Y es que, por mucho que nos guste el comisario Guido Brunetti y el marco veneciano en el que se desenvuelve, un personaje tan fascinante como el de Lisbeth Salander lleva todas las de ganar por su originalidad. La investigadora hacker de pasado turbulento, sociópata y superdotada, seduce pese a su inverosimilitud, como seduce al periodista Mikael Blonkvist, principal personaje representante del bien en el contexto de corrupción que la novela muestra. Asistimos así a un romance en el filo de lo imposible pero deudor de la tradición de la novela romántica, de hábilmente graduada tensión amorosa que nos hace recordar a Elizabeth Bennet y Mr. Darcy de "Orgullo y Prejuicio", por ejemplo, salvando todos los abismos de época y códigos de conducta y dejando a salvo la calidad literaria de Jane Austen, claro está. No se ve, pues, ese "agravio al amor humano, a las relaciones humanas", pues no "todos los contactos sexuales son violentos o fuera de límites". Si se refiere a las prácticas delictivas de los personajes del lado oscuro, están tan obviamente condenadas como para que no quede duda de que estamos ante una historia claramente moralizante. El ensalzamiento de la amistad, la lealtad, la progresiva socialización y rehabilitación sentimental de la protagonista, no dejan dudas sobre ello. Es cierto que el sexo, en los personajes del lado "claro", aparece como punto de partida en las relaciones más que de llegada y es en esto en lo que no sigue el patrón romántico al uso, pero se trata más de una desmitificación que de una banalización, como corresponde a una mentalidad que ha superado los patrones judeo-cristianos.


En línea con la temática de la novela negra, nos muestra las cloacas del paraíso sueco y constatamos que la violencia contra las mujeres siguen tan presentes en esta sociedad aparentemente igualitaria como en las consideradas tradicionalmente machistas. Esto ya nos lo había mostrado el inspector Wallander de Henning Mankell. La presencia recurrente de esta cuestión en la novela negra sueca es indicio de una toma de conciencia sobre el problema. Intuimos también que la solución legal dada al problema de la prostitución no está siendo un éxito y, en resumen, damos un paso más en el conocimiento de un país y una sociedad que está en muchos aspectos en el polo opuesto del nuestro pero con lacras que nos resultan conocidas. Todo ello en un estilo más periodístico que literario pero que, salvo algún fallo de traducción, es agradable de leer, sin peligro de pervertirse, y, viajando a través de las letras a latitudes más frescas, nos ayuda a sobrellevar este verano inclemente.

jueves, 6 de agosto de 2009

HIROSHIMA 64 ANIVERSARIO

Hoy hace 64 años del lanzamiento por parte de EE.UU. de la bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Ni el horror que desencadenó aquella acción y la siguiente sobre Nagasaki, ni la certeza del peligro de exterminio masivo que supone la acumulación de armas nucleares, han sido suficiente motivo de reflexión para llevar a los países miembros del club nuclear a tomar la decisión, tan sencilla como aparentemente imposible, valga la paradoja, de poner fin a la locura y abordar la destrucción de todas las armas nucleares.
En Japón hoy se ha conmemorado el aniversario con un llamamiento por parte del primer ministro de conseguir la abolición de las armas nucleares para 2020. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, también nos ha invitado a convencer a los dirigentes de la futilidad y peligro de las armas nucleares. Pero, ¿se ve realmente la salida del túnel?
En la nueva Administración de EE.UU. hemos apreciado un cambio de lenguaje, pero esto no es suficiente. Los acuerdos alcanzados con el presidente Medvédev en la visita del presidente Obama a Moscú a comienzos de Julio para la firma del tratado que debe sustituir al START I, precedida por unas declaraciones sobre la posibilidad de un mundo desnuclearizado, no están a la altura de las expectativas que han despertado. La reducción de un tercio de los arsenales nucleares de ambas potencias, entre 500 y 1000 unidades de misiles portadores y entre 1500 y 1675 de cabezas nucleares, dejan los arsenales de las dos superpotencias con la capacidad suficiente para destruir la vida en la Tierra varias decenas de veces, sin contar los de los otros 6 países con armas nucleares. Esto significa que el nuevo tratado, que se sigue negociando, no representa un avance cualitativo respecto a los que lo han precedido desde 1972. Los acuerdos precedentes han podido servir para poner al día el armamento que envejece pero no para hacer un mundo más seguro.
La próxima cita importante será el 24 de Septiembre, en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, cuando el presidente Obama tiene previsto abordar la cuestión de la no proliferación y el desarme nuclear. Me temo que el énfasis se ponga en la no proliferación, más que en el desarme. Aunque el lenguaje bushiano del "eje del mal" para condenar las pretensiones nucleares de Corea del Norte e Irán está afortunadamente descartado, no por ello se abandona la orientación de centrarse en evitar las nuevas incorporaciones al club nuclear y dejar el desarme para mejor ocasión. Lo sensato es pensar que el desarme sería la mejor garantía de la no proliferación y no al revés.
Pero hay algunos signos positivos en el horizonte, aunque débiles. Para mí uno significativo es el artículo que en Enero de 2007 publican en el Wall Street Journal importantes ex-mandatarios de diversos gobiernos de EE.UU., entre ellos, el ex-Secretario de Estado desde 1973 a 1977 Henry Kissinger, retirado de la vida política hace tiempo pero influyente personaje todavía. En dicho artículo, titulado "Un mundo libre de armas nucleares", tras explicar el peligro que suponen las armas nucleares y las veces que estuvimos al borde del desastre, que ellos conocen de primera mano por sus responsabilidades, y el incremento del riesgo actualmente, proponen que EE.UU. tome el liderazgo para caminar a la desnuclearización total. Si bien justifican la necesidad de las mismas durante la Guerra Fría, afirmación de la que muchos disentimos, lanzan una propuesta de futuro para el desarme nuclear, que revela que algo se está moviendo.
El mejor signo sería que desde la sociedad civil se tomara conciencia y se relanzara el movimiento por el desarme nuclear que presionara a los gobiernos. Para ello, es imprescindible que no nos dejemos distraer con gripes o recesiones. O, de lo contrario, si somos una especie tan necia que carecemos de cordura para evitar la autodestrucción, pese a la inteligencia que nos ha hecho avanzar técnicamente, es que tal vez merecemos ese holocausto.



jueves, 30 de julio de 2009

EL FERROCARRIL RUTA DE LA PLATA

Acabo de pasar unos días en la zona norte de Cáceres y, en Hervás, he visitado la antigua estación de ferrocarril . Allí han instalado, en el edificio de pasajeros de la estación, un centro de interpretación del ferrocarril; un lugar para el recuerdo y la añoranza destinado a los amantes del tren, que somos legión.

Pero, lejos de alegrarme, la visita me ha hecho recordar la infamia de la clausura por parte de Renfe en 1985 de la línea Ruta de la Plata, que cubría el trayecto Sevilla-Gijón, constituyendo la principal vía de comunicación, la única, del oeste del país. La razón que se dio para su supresión fue la falta de rentabilidad. Lo cierto es que en ese momento el Gobierno, como todos los gobiernos miopes, apostaban por el coche y las carreteras y, en un fatídico Consejo de Ministros de 1984, decidieron la muerte del ferrocarril. Faltaban aún muchos años para que el problema de las emisiones de CO2 fuera tan acuciante que llevase a replantearse esa apuesta, aunque ya se sabía que era el medio menos contaminante. Tratar la política de infraestructuras del Estado con el rasero de los cálculos de rentabilidad de un comerciante es de juzgado de guardia, pero incluso en estos términos el dictamen era más que dudoso. En los años durante los que utilicé los TER de la Ruta de la Plata en el trayecto Sevilla-Llerena siempre viajé con el tren lleno y así lo atestiguan muchos de sus usuarios. Lo que requería la línea eran inversiones para la modernización de los trenes y la mejora de las vías, pero su utilidad y rentabilidad a largo plazo estaban garantizadas.

Existe una asociación llamada "Colectivo Tren Vía de la Plata" que, con tesón, lucha por la reapertura de la línea. En la última cumbre hispano-lusa lograron entregar tras no pocos esfuerzos una carta a Zapatero y José Sócrates solicitando la reapertura de la misma por los beneficios que reportaría a ambos países. La respuesta del Presidente, supeditando la reapertura al estudio de viabilidad, estudio que nadie sabe que se haya encargado tras años de hablar de él, hace temer que el proyecto pasará al baúl de las promesas olvidadas. Esta tiene su inicio en el Plan del Oeste, documento que presentó Jesús Caldera, en el marco del programa de gobierno 2004-2008, en el que se leía que "se considera básica la unión del Oeste de la Península por un nuevo corredor vertical de ferrocarril convencional Ruta de la Plata que una las redes Norte-Noroeste, Galicia y Asturias, con el resto del Oeste, así como con el Sur, Extremadura y Andalucía".
En el "Plan para potenciar el transporte de mercancías por ferrocarril" del Ministerio de Fomento no se contempla esta línea, lo que hace suponer que, en la práctica, se ha abandonado la idea de llevar a cabo el plan. No es una cuestión de nostalgia, sino de rentabilidad social, económica y medioambiental. No queremos seguir viendo las estaciones de esa línea abandonadas o convertidas en centros de interpretación o merenderos, condenando al olvido lo que podría aún seguir vivo.

viernes, 17 de julio de 2009

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

Después de una semana leyendo comentarios sobre el nuevo modelo de financiación autonómica, y estar de acuerdo con todo lo que se ha dicho y escrito en su contra, hoy he tenido la satisfacción al leer una crítica, tan demoledora como la que yo haría, a los Padres de la Sacrosanta Transición(con mayúsculas porque se trata de divinidades), tanto políticos como juristas constituyentes, como padres de este desaguisado que estamos padeciendo. Es de Roberto Centeno y está hecha en el contexto de un amplio artículo sobre la financiación autonómica y la depresión económica. Aunque no es la primera vez que se critica el modelo, merece la pena leerlo porque criticar la transición y apartarse de las loas habituales es de lo más políticamente incorrecto y, por tanto, no menudean las descalificaciones desde presupuestos democráticos.
Añadiré algo más. La Constitución tiene sus meritos, qué duda cabe, y ya nos han explicado sobradamente las dificultades que obligaron a supeditar cualquier consideración al consenso necesario para evitar volver por donde solíamos; pero no hay nada, nada, que justifique el tremendo despropósito que supone todo el título VIII y los añadidos sobre los privilegios fiscales de que disfrutan el País Vasco y Navarra. Con ellos se nos embarca en el estado más complicado del mundo, en formación y negociación permanente, favorecedor de la desigualdad, el más ineficiente y caro; el más estúpido, por tanto. Si se hizo con la finalidad de evitar la segregación del País Vasco y Cataluña, hemos pagado el coste para nada. ETA siguió, el nacionalismo vasco se radicalizó, el gobierno catalán se desvive por abrir embajadas y desarrollar políticas orientadas a la diferencia, como el fomento del monolingüismo en catalán, por citar algunos ejemplos, mientras reprochan al Estado central la falta de fondos para abordar las necesidades en infraestructuras y políticas sociales. Más racional hubiera sido establecer el derecho de secesión con mayorías cualificadas para los que no la pidieran a tiros y haber establecido la descentralización necesaria sin privilegios porque esas mayorías no las habrían obtenido y nos hubiera ahorrado el eterno memorial de agravios inexistentes.

El frágil equilibrio en que se mantuvo durante años el modelo hacía presagiar que la crisis podría sobrevenir en cualquier momento. Ni los gobiernos del PSOE ni los del PP tuvieron la lucidez de emprender las reformas necesarias para cerrar el estado autonómico y sacar las conclusiones de los fallos observados en el modelo. Y así llegó Rodríguez Zapatero que, prisionero de sus deudas políticas y de su falta de solidez, ha precipitado la quiebra poniéndose en manos de los nacionalistas catalanes para dar paso a un estatuto de vocación confederal que sienta las bases de la bilateralidad que ha imperado en la negociación de la financiación autonómica. Las reformas estatutarias que han seguido no hacen sino confirmar que hemos entrado en un proceso de debilitamiento del Estado de final no previsible. La excepción vasca y navarra figuran como ideales en el horizonte catalán y en su apoyo ha venido la radical incompetencia del Tribunal Constitucional que lleva tres años para resolver el recurso contra el Estatuto. Se decía que aprovecharían el mes de Agosto para publicar la sentencia y así poner sordina a la polémica. Ahora parece que ni eso, la presidenta no tiene prisa. Mientras el Estatuto sigue produciendo efectos, seguimos sin conocer el dictamen del Tribunal sobre su constitucionalidad.

Cuando Zapatero pactó con Artur Mas los aspectos del Estatuto que desatascaron su tramitación , entre ellos la disposición adicional tercera que imponía al Estado equiparar durante siete años las inversiones en Cataluña a su aportación al PIB, los barones socialistas disidentes hasta ese momento, especialmente el presidente extremeño, se callaron por razones que no se me alcanzan. Desde entonces, el PSOE me ha dado la impresión de estar más muerto que la momia de Tutankamon; de haber renunciado a una reivindicación tradicional de la izquierda como es la de corregir el desarrollo desigual; de haber renunciado a la vertebración de España y, en fin, de caminar sin rumbo. Ni que decir tiene que el PP no es la oposición que necesitamos para corregir esta deriva.

Ya sabemos que las formas políticas son perecederas, que la forma Estado Moderno renacentista, de la que España fue pionera, no será eterna. Lo preocupante del caso es que lo que aquí se perfila no es un nuevo modelo de progreso para avanzar más, como lo fue el Estado-Nación que superó al feudalismo, como lo es en germen la Unión Europea, sino una fórmula degenerada fruto de la incompetencia y los intereses mezquinos que nos está haciendo más pobres y situando en peores condiciones para abordar los retos del futuro.





domingo, 12 de julio de 2009

¿TIENE SOLUCIÓN LA CORRUPCIÓN?

Si existe alguna cuestión en la arena política en la que la hipocresía, la duplicidad y el falso discurso se ponen de manifiesto hasta provocarnos la indignación, el hastío o el desistimiento, según los casos, esta es la de la corrupción de los políticos y su tratamiento por los medios de comunicación. La sensación de estar asistiendo a la representación de una obra teatral es cada vez más acusada y nos lleva a la convicción de que el concepto que los políticos y sus órganos de expresión tienen de la inteligencia de los ciudadanos es muy insultante para estos.
Tras las elecciones europeas, comentaristas de algunos medios que llevaban meses maltratándonos con grandes titulares sobre el vestuario del presidente valenciano y el caso Gürtel, se sorprendían de que los resultados electorales en los lugares más afectados por estos casos fueran favorables al Partido Popular. Nos infligían a continuación algún discurso filosófico-ético sobre la degradación de la moral pública, evidenciada en la insensibilidad de los ciudadanos ante la corrupción, y se quedaban tan a gusto. No hacían la reflexión obvia de que hasta los niños de Primaria saben ya que la corrupción no tiene un solo color político y, por tanto, no puede ser causa de vuelcos electorales. Es más, cuando se sobredimensiona algún caso, puede dar lugar a reacciones defensivas de cerrar filas en torno al que ven víctima de un ensañamiento y llevar a las urnas a apoyarlo a los que iban a abstenerse o cambiar el voto.
La Ley orgánica 8/2007, de 4 de Julio, sobre Financiaciación de los Partidos Políticos fue considerada por muchos como un instrumento válido para poner fin a la corrupción. Pero los hechos parecen demostrar que ese objetivo no se ha logrado. Ni las cuantiosas subvenciones públicas de que disfrutan ni el aumento de los límites para las donaciones privadas son suficientes para saciar la voracidad de estas estructuras colosales, que no disminuyen sus plantillas pese a tener a un gran número de sus miembros ocupando cargos públicos y, en muchos casos, superfluos cargos de confianza en Ayuntamientos y otras administraciones; que gastan cantidades astronómicas en campañas electorales donde prima el derroche y la falta de contenido y que aspiran a ensancharse indefinidamente y, con ello, a priorizar su mantenimiento sobre la finalidad que debería orientar su actividad, que es la de intentar mejorar la vida de los ciudadanos. No, para alimentar el monstruo no parecen bastar los recursos que la ley permite y seguimos oyendo hablar de casos de tráfico de influencias, cohechos y demás cuya resolución judicial, si llegan a esta instancia, dependerá de la habilidad del político de turno para camuflar las transacciones que se hayan producido.
Si los ingresos legales no son suficientes, es claro que habría que limitar más por ley sus gastos, especialmente los gastos electorales. Además de contribuir a solucionar el problema de la corrupción, redundaría en beneficio del pluralismo, sería una contribución a la quiebra del bipartidismo, pues los partidos pequeños estarían en mejores condiciones para competir con los grandes. Claro que tal vez eso no interesa, tal vez por ello tenemos que convivir con esta lacra y hacer como que nos creemos que cuando se intercambian acusaciones de corrupción están hablando de verdad. Al menos diré que no me lo creo.

martes, 7 de julio de 2009

LA CENTRAL DE LAS MIL Y UNA GRIETAS

Este es otro nombre con el que se conoce a la Central Nuclear de Garoña. A José Luis Rodríguez Zapatero se le podría llamar el presidente de los mil y un engaños. Ante las presiones del lobby nuclear y las de los electores antinucleares, ha optado por quedarse en medio, prorrogando hasta 2013 la vida útil de la central, demostrando una vez más que carece de convicciones y cualquiera puede conseguir desviarlo de sus propósitos iniciales. En este caso, de los del programa electoral y de investidura, en los que se comprometía a abandonar la energía nuclear. Se desdice también de sus intervenciones en el Congreso, Senado y en los medios de comunicación, donde aseguraba que se cerraría en 2011.
Él mismo había reconocido los problemas de seguridad de la central y afirmado que estaba amortizada y era prescindible. El CSN ha salido en ayuda de las compañías eléctricas que explotan la central, facilitando al presidente este incomprensible viraje con un informe que avala su seguridad. Permítannos poner en duda el informe a la vista de otros más atendibles. Estos afirman que la central sufre un proceso de agrietamiento múltiple por corrosión que afecta a diversos componentes de la vasija del reactor, sin solución. Además, el reactor es de un tipo muy antiguo y fuera de normativa.
Las voces alarmadas de los defensores de prorrogar 10 años su vida útil inciden en la irresponsabilidad que supone su cierre por los problemas de suministro que va a acarrear; pero lo cierto es que exportamos en 2008 una cantidad de electricidad equivalente a 3 centrales como Garoña, que su aportación al total del consumo no supera el 1,4%, y su cese está compensado por el crecimiento de las renovables. Con esta prórroga, queda en entredicho el modelo energético basado en éstas y en la eficiencia energética, única opción sensata y respetuosa con las futuras generaciones en tanto la tecnología de fusión nuclear no esté desarrollada.
Es justo decir en descargo del presidente que los partidarios de la energía nuclear están afilando sus argumentos contra los antinucleares hasta extremos asombrosos y no es extraño que afecten a su falta de voluntad política. En las últimas semanas, he visto un artículo en el que se concede el mismo valor científico a los argumentos para el cierre que a los antievolucionistas del "diseño inteligente". Eso sí es pasarse atacando. Lo que sobra para avalar el cierre son argumentos científicos y lo que sobra a los partidarios de la prórroga son argumentos económicos, de rentabilidad empresarial. Si, a continuación, se afirma que Chernobyl fue una excepción, además de omitirse el problema de los residuos, se está haciendo una afirmación temeraria. La catástrofe de Chernobyl vino por un fallo humano al desconectar los sistemas de seguridad para realizar una prueba. Y no hay vacuna contra los fallos humanos. Y, aunque lo de Chernobyl fuera una excepción irrepetible, no existen excepciones creacionistas a la evolución de las especies. La comparación es, por tanto, un disparate y una muestra de que el debate nuclear no está siendo sereno.

sábado, 4 de julio de 2009

UNA VOZ MÁS

Inicio este diario con la ilusión de quien ha descubierto y sido aceptado a una tertulia en el café de la esquina, donde va a tener ocasión de opinar sin limitaciones, de ser escuchado y de contrastar opiniones. Porque no hay nada más frustrante que tener opinión y nadie interesado en escucharla. Y lo cierto es que este anhelo por tener voz no es privativo de los pocos privilegiados que realmente tienen voz propia y dicen algo nuevo de vez en cuando. Lo tenemos también los que reproducimos, reelaboramos o hacemos pastiches diversos.

Iniciemos, pues, el recorrido entonando el repetido halago a las maravillas de la tecnología que nos permite hablar, en una especie de tertulia de rostros ocultos, a los que no tenemos la suerte de tener un café en la esquina como los de antes; a los que, al asomarnos a la ventana, vemos una hilera de adosados en una calle por donde circulan más coches que peatones y, de la cual, el café más próximo debe distar unos kilómetros y, en todo caso, ya no será como los de antes.

¿De qué voy a opinar? No voy a ponerme límites, porque la realidad no está delimitada, pero hay campos que me están vedados por imperativo curricular. Por ejemplo, no puedo opinar sobre física cuántica, nanociencias ni sobre muchas otras materias científicas. Una lástima porque he tenido noticia de un estudio realizado sobre la prensa de hace 100 años y la conclusión de dicho estudio es que ninguna de las noticias, reportajes, comentarios...que ocupaban los titulares de los periódicos de esa época ha tenido trascendencia alguna en los hechos ocurridos después y, en consecuencia, en nuestras vidas actuales. Es decir, que lo que iba a influir en el futuro se estaba cociendo al margen del ruido mediático, que ahora se dice: Se estaba fraguando en los laboratorios y otros antros adonde no accede el reportero ni la curiosidad popular. Lo mismo estará ocurriendo ahora.

Pero, al menos, confío en que a veces sabré ver la sustancia por debajo del ruido que es la información en nuestras sociedades. Aunque solo sea por la modesta repercusión de este blog, espero no contribuir a empeorar mucho el problema del ruido.