jueves, 30 de julio de 2009

EL FERROCARRIL RUTA DE LA PLATA

Acabo de pasar unos días en la zona norte de Cáceres y, en Hervás, he visitado la antigua estación de ferrocarril . Allí han instalado, en el edificio de pasajeros de la estación, un centro de interpretación del ferrocarril; un lugar para el recuerdo y la añoranza destinado a los amantes del tren, que somos legión.

Pero, lejos de alegrarme, la visita me ha hecho recordar la infamia de la clausura por parte de Renfe en 1985 de la línea Ruta de la Plata, que cubría el trayecto Sevilla-Gijón, constituyendo la principal vía de comunicación, la única, del oeste del país. La razón que se dio para su supresión fue la falta de rentabilidad. Lo cierto es que en ese momento el Gobierno, como todos los gobiernos miopes, apostaban por el coche y las carreteras y, en un fatídico Consejo de Ministros de 1984, decidieron la muerte del ferrocarril. Faltaban aún muchos años para que el problema de las emisiones de CO2 fuera tan acuciante que llevase a replantearse esa apuesta, aunque ya se sabía que era el medio menos contaminante. Tratar la política de infraestructuras del Estado con el rasero de los cálculos de rentabilidad de un comerciante es de juzgado de guardia, pero incluso en estos términos el dictamen era más que dudoso. En los años durante los que utilicé los TER de la Ruta de la Plata en el trayecto Sevilla-Llerena siempre viajé con el tren lleno y así lo atestiguan muchos de sus usuarios. Lo que requería la línea eran inversiones para la modernización de los trenes y la mejora de las vías, pero su utilidad y rentabilidad a largo plazo estaban garantizadas.

Existe una asociación llamada "Colectivo Tren Vía de la Plata" que, con tesón, lucha por la reapertura de la línea. En la última cumbre hispano-lusa lograron entregar tras no pocos esfuerzos una carta a Zapatero y José Sócrates solicitando la reapertura de la misma por los beneficios que reportaría a ambos países. La respuesta del Presidente, supeditando la reapertura al estudio de viabilidad, estudio que nadie sabe que se haya encargado tras años de hablar de él, hace temer que el proyecto pasará al baúl de las promesas olvidadas. Esta tiene su inicio en el Plan del Oeste, documento que presentó Jesús Caldera, en el marco del programa de gobierno 2004-2008, en el que se leía que "se considera básica la unión del Oeste de la Península por un nuevo corredor vertical de ferrocarril convencional Ruta de la Plata que una las redes Norte-Noroeste, Galicia y Asturias, con el resto del Oeste, así como con el Sur, Extremadura y Andalucía".
En el "Plan para potenciar el transporte de mercancías por ferrocarril" del Ministerio de Fomento no se contempla esta línea, lo que hace suponer que, en la práctica, se ha abandonado la idea de llevar a cabo el plan. No es una cuestión de nostalgia, sino de rentabilidad social, económica y medioambiental. No queremos seguir viendo las estaciones de esa línea abandonadas o convertidas en centros de interpretación o merenderos, condenando al olvido lo que podría aún seguir vivo.

1 comentario:

BARBALTA dijo...

Es una verguenza que aquellos que dicen apostar por el ecologismo de boquilla luego como siempre sucede no lo apliquen en la practica, presumen del AVE con Obama y tienen a toda la peninsula incomunicada con el medio de transporte mas sostenible como hoy gusta en llamarse.

No entiendo como si es rentable la Autovia de la Plata, cemento y hormigon donde cada fin de semana mueren centenares de ciudadanos y no lo es un medio tan ecologico como es el tren.

Felicidades por el post.

Que bien vendria cerca de las hurdes que llegara el tren