Pero, lejos de alegrarme, la visita me ha hecho recordar la infamia de la clausura por parte de Renfe en 1985 de la línea Ruta de la Plata, que cubría el trayecto Sevilla-Gijón, constituyendo la principal vía de comunicación, la única, del oeste del país. La razón que se dio para su supresión fue la falta de rentabilidad. Lo cierto es que en ese momento el Gobierno, como todos los gobiernos miopes, apostaban por el coche y las carreteras y, en un fatídico Consejo de Ministros de 1984, decidieron la muerte del ferrocarril. Faltaban aún muchos años para que el problema de las emisiones de CO2 fuera tan acuciante que llevase a replantearse esa apuesta, aunque ya se sabía que era el medio menos contaminante. Tratar la política de infraestructuras del Estado con el rasero de los cálculos de rentabilidad de un comerciante es de juzgado de guardia, pero incluso en estos términos el dictamen era más que dudoso. En los años durante los que utilicé los TER de la Ruta de la Plata en el trayecto Sevilla-Llerena siempre viajé con el tren lleno y así lo atestiguan muchos de sus usuarios. Lo que requería la línea eran inversiones para la modernización de los trenes y la mejora de las vías, pero su utilidad y rentabilidad a largo plazo estaban garantizadas.
Parecían bueyes, blanco campo araban y blanco arado tenían y semilla negra sembraban (Adivinanza de Verona)
jueves, 30 de julio de 2009
EL FERROCARRIL RUTA DE LA PLATA
viernes, 17 de julio de 2009
EL SILENCIO DE LOS CORDEROS
El frágil equilibrio en que se mantuvo durante años el modelo hacía presagiar que la crisis podría sobrevenir en cualquier momento. Ni los gobiernos del PSOE ni los del PP tuvieron la lucidez de emprender las reformas necesarias para cerrar el estado autonómico y sacar las conclusiones de los fallos observados en el modelo. Y así llegó Rodríguez Zapatero que, prisionero de sus deudas políticas y de su falta de solidez, ha precipitado la quiebra poniéndose en manos de los nacionalistas catalanes para dar paso a un estatuto de vocación confederal que sienta las bases de la bilateralidad que ha imperado en la negociación de la financiación autonómica. Las reformas estatutarias que han seguido no hacen sino confirmar que hemos entrado en un proceso de debilitamiento del Estado de final no previsible. La excepción vasca y navarra figuran como ideales en el horizonte catalán y en su apoyo ha venido la radical incompetencia del Tribunal Constitucional que lleva tres años para resolver el recurso contra el Estatuto. Se decía que aprovecharían el mes de Agosto para publicar la sentencia y así poner sordina a la polémica. Ahora parece que ni eso, la presidenta no tiene prisa. Mientras el Estatuto sigue produciendo efectos, seguimos sin conocer el dictamen del Tribunal sobre su constitucionalidad.
Cuando Zapatero pactó con Artur Mas los aspectos del Estatuto que desatascaron su tramitación , entre ellos la disposición adicional tercera que imponía al Estado equiparar durante siete años las inversiones en Cataluña a su aportación al PIB, los barones socialistas disidentes hasta ese momento, especialmente el presidente extremeño, se callaron por razones que no se me alcanzan. Desde entonces, el PSOE me ha dado la impresión de estar más muerto que la momia de Tutankamon; de haber renunciado a una reivindicación tradicional de la izquierda como es la de corregir el desarrollo desigual; de haber renunciado a la vertebración de España y, en fin, de caminar sin rumbo. Ni que decir tiene que el PP no es la oposición que necesitamos para corregir esta deriva.
domingo, 12 de julio de 2009
¿TIENE SOLUCIÓN LA CORRUPCIÓN?
martes, 7 de julio de 2009
LA CENTRAL DE LAS MIL Y UNA GRIETAS
sábado, 4 de julio de 2009
UNA VOZ MÁS
Iniciemos, pues, el recorrido entonando el repetido halago a las maravillas de la tecnología que nos permite hablar, en una especie de tertulia de rostros ocultos, a los que no tenemos la suerte de tener un café en la esquina como los de antes; a los que, al asomarnos a la ventana, vemos una hilera de adosados en una calle por donde circulan más coches que peatones y, de la cual, el café más próximo debe distar unos kilómetros y, en todo caso, ya no será como los de antes.
¿De qué voy a opinar? No voy a ponerme límites, porque la realidad no está delimitada, pero hay campos que me están vedados por imperativo curricular. Por ejemplo, no puedo opinar sobre física cuántica, nanociencias ni sobre muchas otras materias científicas. Una lástima porque he tenido noticia de un estudio realizado sobre la prensa de hace 100 años y la conclusión de dicho estudio es que ninguna de las noticias, reportajes, comentarios...que ocupaban los titulares de los periódicos de esa época ha tenido trascendencia alguna en los hechos ocurridos después y, en consecuencia, en nuestras vidas actuales. Es decir, que lo que iba a influir en el futuro se estaba cociendo al margen del ruido mediático, que ahora se dice: Se estaba fraguando en los laboratorios y otros antros adonde no accede el reportero ni la curiosidad popular. Lo mismo estará ocurriendo ahora.
Pero, al menos, confío en que a veces sabré ver la sustancia por debajo del ruido que es la información en nuestras sociedades. Aunque solo sea por la modesta repercusión de este blog, espero no contribuir a empeorar mucho el problema del ruido.