Las jornadas que la Fundación Progreso y Democracia ha celebrado el pasado fin de semana en Gijón bajo el título “Las administraciones públicas. Viejos problemas y nuevos retos”, se han desarrollado con un intenso e interesante programa que ha trazado un diagnóstico exhaustivo de los problemas que sufren nuestras administraciones y avanzado soluciones a los mismos. Ha sido un programa denso, decía, pero no aburrido. Hemos disfrutado de brillantes ponentes que han hecho interesantes, a ratos divertidas, hasta las cuestiones más áridas.
No es mi intención resumir estos tres días de ponencias y debates, que me han ocupado muchas páginas de notas. Los que estén interesados pueden encontrar información amplia en el enlace http://jornadasgijon2010.wordpress.com/ pero sí quiero reflejar mi reflexión final sobre la acción que sigue, o debería seguir, al diagnóstico. De regreso a Madrid, venía dando vueltas a mis notas y, sobre todo, a la postura escéptica que algunos expresan sobre lo inevitable de muchas lacras. Me refiero a opiniones del estilo: “no se puede tocar el personal eventual(cargos de confianza)porque los partidos mayoritarios no lo van a tolerar”, o “es irreversible la situación de nuestro modelo territorial porque afecta a tales intereses o inercias” o el escepticismo total de “la realidad es la que es”. Este derrotismo parece partir de la premisa de que la voluntad de los otros cuenta más que la propia o de que la fuerza de lo establecido es superior a la de cualquier voluntad de cambiarlo. Entonces, me pregunto, ¿cómo se han producido los cambios sociales y políticos?, ¿no hemos mejorado nada desde el paleolítico? Si mi voluntad está ahí, será por algo. Estará determinada, claro, pero ha llegado a formarse en mí, es mía y no tengo por qué ignorarla dando vía libre o prioridad a las voluntades de otros. A ella me debo. No puedo postergar mi opinión y quedarme impasible porque es de mi acción de la que soy responsable y de la que me puedo, en consecuencia, pedir cuentas.
En éstas estaba, elaborando razones para la acción, cuando me acordé de la conversación con la que el profesor Fernando Jiménez comenzó su exposición sobre “Corrupción, transparencia y democracia”, que nos introdujo riendo en un tema muy serio. Se trata de un diálogo real, que consta en un sumario, entre un promotor que trata de corromper a un político recién llegado al cargo para que entre por el aro, con una serie de argumentos aplastantes, aplastantes para quien no tiene claro para qué se le ha elegido. Dos de los argumentos eran: “si tú no lo haces, lo hará otro” y “además, no te va a pasar nada”. Se me ocurrió entonces que estos argumentos del mafiosillo para inducir a delinquir, se podrían transformar para inducir a actuar a favor del cambio y del interés general a los que quieren cambiar las cosas, para enriquecer la democracia participando.
"Si tú no lo haces, otro lo hará", pero hará lo que le interesa para que las cosas sigan como están y no tendrá oposición que lo disuada o tendrá una oposición más débil si tú no te unes. Mientras desistimos de mejorar las cosas, otros seguirán actuando para que continúen como están o empeoren. La realidad no va sola; evoluciona por la acción de las personas. La tuya no vale menos. ¿Por qué permitir, entonces, que la voluntad de los que quieren mantener el estado de cosas predomine sobre la de quienes quieren cambiarlo?
“Y, además, no te va a pasar nada”, esto es, no te va a pasar nada malo y sí algo bueno por intentarlo. Al menos la satisfacción de pensar que por ti no ha quedado.
No es mi intención resumir estos tres días de ponencias y debates, que me han ocupado muchas páginas de notas. Los que estén interesados pueden encontrar información amplia en el enlace http://jornadasgijon2010.wordpress.com/ pero sí quiero reflejar mi reflexión final sobre la acción que sigue, o debería seguir, al diagnóstico. De regreso a Madrid, venía dando vueltas a mis notas y, sobre todo, a la postura escéptica que algunos expresan sobre lo inevitable de muchas lacras. Me refiero a opiniones del estilo: “no se puede tocar el personal eventual(cargos de confianza)porque los partidos mayoritarios no lo van a tolerar”, o “es irreversible la situación de nuestro modelo territorial porque afecta a tales intereses o inercias” o el escepticismo total de “la realidad es la que es”. Este derrotismo parece partir de la premisa de que la voluntad de los otros cuenta más que la propia o de que la fuerza de lo establecido es superior a la de cualquier voluntad de cambiarlo. Entonces, me pregunto, ¿cómo se han producido los cambios sociales y políticos?, ¿no hemos mejorado nada desde el paleolítico? Si mi voluntad está ahí, será por algo. Estará determinada, claro, pero ha llegado a formarse en mí, es mía y no tengo por qué ignorarla dando vía libre o prioridad a las voluntades de otros. A ella me debo. No puedo postergar mi opinión y quedarme impasible porque es de mi acción de la que soy responsable y de la que me puedo, en consecuencia, pedir cuentas.
En éstas estaba, elaborando razones para la acción, cuando me acordé de la conversación con la que el profesor Fernando Jiménez comenzó su exposición sobre “Corrupción, transparencia y democracia”, que nos introdujo riendo en un tema muy serio. Se trata de un diálogo real, que consta en un sumario, entre un promotor que trata de corromper a un político recién llegado al cargo para que entre por el aro, con una serie de argumentos aplastantes, aplastantes para quien no tiene claro para qué se le ha elegido. Dos de los argumentos eran: “si tú no lo haces, lo hará otro” y “además, no te va a pasar nada”. Se me ocurrió entonces que estos argumentos del mafiosillo para inducir a delinquir, se podrían transformar para inducir a actuar a favor del cambio y del interés general a los que quieren cambiar las cosas, para enriquecer la democracia participando.
"Si tú no lo haces, otro lo hará", pero hará lo que le interesa para que las cosas sigan como están y no tendrá oposición que lo disuada o tendrá una oposición más débil si tú no te unes. Mientras desistimos de mejorar las cosas, otros seguirán actuando para que continúen como están o empeoren. La realidad no va sola; evoluciona por la acción de las personas. La tuya no vale menos. ¿Por qué permitir, entonces, que la voluntad de los que quieren mantener el estado de cosas predomine sobre la de quienes quieren cambiarlo?
“Y, además, no te va a pasar nada”, esto es, no te va a pasar nada malo y sí algo bueno por intentarlo. Al menos la satisfacción de pensar que por ti no ha quedado.
2 comentarios:
Esperanza, no puedo estar más de acuerdo con tu reflexión. Cuanto más grande y difícil es el problema, más positivos tenemos que ser. Estoy convencido de que la situación de la corrupción política es muy mejorable en nuestro país. Cada vez encuentro más gente como tú que está harta y que quiere actuar para cambiar el panorama. Tenemos además algunas palancas a nuestra disposición que podemos utilizar si somos inteligentes. Pero la clave está en que tengamos voluntad de hacerlo.
Un abrazo y ánimo,
Fernando Jiménez
Murcia
El próximo miercoles día 13 de Octubre a las 19 horas en el Centro Cívico de San Isidro, C/Leoncio Rojas, 18(4ª planta),las Asociaiones de Vecinos Vientos del Pueblo y Aires Nuevos, harán público su decisión de presentarse a la próximas Elecciones Municipales de Mayo de 2011, como alternativa ciudadana.
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