Aunque sigo regularmente la blogosfera getafense, este blog no se ocupa de asuntos locales, que tienen muchos y entusiastas analistas, algunos de ellos enlazados a este blog. Tampoco los excluye y hoy vamos a romper una tradición porque he leído una noticia que me ha elegido como comentarista. Sí, las noticias, los temas, nos eligen. Se percibe esta elección cuando nos hacen vibrar más de lo acostumbrado o nos sacan del letargo o nos aceleran el pulso o nos hacen cavilar sin el apoyo de comentarios afines o contrarios. La noticia es ésta: El Ayuntamiento de Getafe, a través de la Concejalía de Mujer, organiza, entre otros, un taller titulado: “Disfruta la fruta con los tupper-sex”. Aclara el redactor que tupper-sex es el término derivado de la forma de venta de recipientes de plástico a domicilio que ha sido adaptado a la venta de productos eróticos por parte de empresas del sector que organizan presentaciones a domicilio. En dicho taller, según palabras de los responsables del Ayuntamiento, “se dará a conocer de cerca los nuevos modelos de entender el placer para conciliar con nuestros propios cuerpos y tomar las riendas de cómo queremos sentir y disfrutar, desde la perspectiva de género”.*
Es probable que me haya equivocado de época, de criterio, o tal vez sólo me he equivocado de Ayuntamiento, pero no entiendo este taller ni entiendo que se programe una majadería de tamaño colosal. Aunque sea la única en decirlo, como sólo me debo a mi criterio, me veo obligada a protestar, sobre todo porque me siento casi ofendida.
Me da exactamente igual el tupper-sex. Allá cada cual con los sucedáneos que se busque al clásico y no superado revolcón. Pero me pregunto, ¿tan minusválidas mentales nos consideran los políticos/as municipales para indicarnos el camino que debemos seguir en la búsqueda del placer? Me parece un claro gesto de machismo.
Ésta es la primera impresión. A continuación me planteo si es competencia de los ayuntamientos auxiliarnos a las mujeres en estos lances o si estamos ante una intromisión en la esfera privada por parte de la Administración Pública. Intromisión ridícula e infantil, dirigida a quien quiera escucharlos, pero intromisión al fin y al cabo, no justificada por la prevención de conductas lesivas para otros, que sería la única justificación para entrar en ámbitos privados, sino por la incapacidad para entender qué pueden hacer los poderes públicos para lograr la igualdad entre hombres y mujeres. Motivada también por un concepto devaluado de la mujer, por su consideración como menor de edad, es decir, por todo lo contrario de lo que aparentemente los motiva. La conclusión es que, mientras se adelgaza lo público por donde no debería, se amplía la injerencia en ámbitos personales. Notable paradoja.
No me entretendré en glosar la obviedad del malgasto de recursos públicos. Tampoco en conjeturar sobre si se trata de enriquecer el Plan de Empleo fomentando la industria del juguete erótico. Sí quiero destacar que queda mucho por hacer para lograr la igualdad; que aún sigue siendo una reivindicación pendiente la de “a igual trabajo, igual salario”; que hay que educar en la igualdad desde la infancia y, en relación con la libertad sexual y el placer negado durante siglos, que los logros han venido de la mano de la pérdida de influencia de la Iglesia, no de talleres sobre el uso de artilugios eróticos. Suplico, pues, desde mi atalaya, a los políticos municipales del PSOE que exijan al gobierno de la nación, de su partido, que contribuya a que la Iglesia, represora del placer(de los demás), todas las iglesias, sigan perdiendo influencia en nuestras vidas; que denuncie los Acuerdos con la Santa Sede, asignatura pendiente de nuestro sistema político, y que no piense en ampliar la influencia del espectro religioso extendiendo los privilegios a otras confesiones como tiene pensado hacer. “El modelo de entender el placer” que luego elijamos cada una, es cosa nuestra, está en la vida, y en el mercado en el caso de los artilugios, y “se nos dará por añadidura”, sin su concurso.
*Género, según la RAE, es un concepto gramatical en español. Tienen género las palabras, las personas tienen sexo. Pero el lenguaje político sigue por sus fueros. Es una manifestación más de la brecha.
Es probable que me haya equivocado de época, de criterio, o tal vez sólo me he equivocado de Ayuntamiento, pero no entiendo este taller ni entiendo que se programe una majadería de tamaño colosal. Aunque sea la única en decirlo, como sólo me debo a mi criterio, me veo obligada a protestar, sobre todo porque me siento casi ofendida.
Me da exactamente igual el tupper-sex. Allá cada cual con los sucedáneos que se busque al clásico y no superado revolcón. Pero me pregunto, ¿tan minusválidas mentales nos consideran los políticos/as municipales para indicarnos el camino que debemos seguir en la búsqueda del placer? Me parece un claro gesto de machismo.
Ésta es la primera impresión. A continuación me planteo si es competencia de los ayuntamientos auxiliarnos a las mujeres en estos lances o si estamos ante una intromisión en la esfera privada por parte de la Administración Pública. Intromisión ridícula e infantil, dirigida a quien quiera escucharlos, pero intromisión al fin y al cabo, no justificada por la prevención de conductas lesivas para otros, que sería la única justificación para entrar en ámbitos privados, sino por la incapacidad para entender qué pueden hacer los poderes públicos para lograr la igualdad entre hombres y mujeres. Motivada también por un concepto devaluado de la mujer, por su consideración como menor de edad, es decir, por todo lo contrario de lo que aparentemente los motiva. La conclusión es que, mientras se adelgaza lo público por donde no debería, se amplía la injerencia en ámbitos personales. Notable paradoja.
No me entretendré en glosar la obviedad del malgasto de recursos públicos. Tampoco en conjeturar sobre si se trata de enriquecer el Plan de Empleo fomentando la industria del juguete erótico. Sí quiero destacar que queda mucho por hacer para lograr la igualdad; que aún sigue siendo una reivindicación pendiente la de “a igual trabajo, igual salario”; que hay que educar en la igualdad desde la infancia y, en relación con la libertad sexual y el placer negado durante siglos, que los logros han venido de la mano de la pérdida de influencia de la Iglesia, no de talleres sobre el uso de artilugios eróticos. Suplico, pues, desde mi atalaya, a los políticos municipales del PSOE que exijan al gobierno de la nación, de su partido, que contribuya a que la Iglesia, represora del placer(de los demás), todas las iglesias, sigan perdiendo influencia en nuestras vidas; que denuncie los Acuerdos con la Santa Sede, asignatura pendiente de nuestro sistema político, y que no piense en ampliar la influencia del espectro religioso extendiendo los privilegios a otras confesiones como tiene pensado hacer. “El modelo de entender el placer” que luego elijamos cada una, es cosa nuestra, está en la vida, y en el mercado en el caso de los artilugios, y “se nos dará por añadidura”, sin su concurso.
*Género, según la RAE, es un concepto gramatical en español. Tienen género las palabras, las personas tienen sexo. Pero el lenguaje político sigue por sus fueros. Es una manifestación más de la brecha.
5 comentarios:
Me ha encantado tu escrito.
Un saludo.
Hola Esperanza,
Qué triste que ya ni este tipo de cosas nos sorprendan, que le den legitimidad a la igualdad con excusas trasnochadas como este tipo de cursos. ¿Perdemos la perspectiva en este país de lo que es necesario e importante?
Que en época de crisis como ésta, se gaste el dinero en este tipo de cursos, me parece una obscenidad, y no por el contenido lúdico-festivo del tema en cuestión, sino que, como bien opinas, nos toman por estúpidos, hay campos más adecuados en los que gastar el dinero de los vecinos de Getafe.
De verdad, qué triste....
Un saludo,
Juan Manuel
Estoy perpleja, no me puedo creer que mi Ayto se gaste el dinero en ésto, aparte de dar por supuesto que necesitamos de estas enseñanzas para disfrutar de nuestra sexualidad, me parece de un mal gusto descomunal.
Hola Esperanza:
Soy una señora de 55 años que ha caído en su blog precisamente cuando buscaba información sobre ese taller.
Las mujeres de mi generación y anteriores, incluso muchas de ahora nos hemos preguntado mil veces como seria un sexshop, pero claro el pudor no nos dejó entrar en ninguno. Los revolcones como usted nombra, normalmente los han gozado los hombres, nosotras nos han limitado al papel reproductivo y placer, placer, poquito mas bien diría yo. Quizás sus vivencias le llevan a opinar de esa forma pero le aseguro que muchas de mis amigas estamos encantadas con esta iniciativa que nos permita conocer por fin, sin miedos y tapujos lo último que salga en mercado exclusivamente para mujeres. Por fin alguien, y me conforta saber que es el Ayuntamiento de Getafe, mi municipio,empieza a preocuparse por buscar espacios para mostrarnos e informarnos a las mujeres de lo que es el placer, ese tan escondido durante tantos años. Desde luego yo pienso asistir y mis amigas también, y por supuesto aprovecho para invitarla a usted también porque seguramente se llenará y entonces usted verá que hay mucha necesidad aún de poner sobre el tapete muchos temas.
Por cierto, cuidado con la R.A.E he buscado bastantes definiciones como el significado de hombre, masculino y después he buscado mujer, femenino... y las definiciones son de lo mas machista que me he encontrado, y es que... el lenguaje no es neutro,también tiene sexo.Curiosamente, masculino.
Un saludo,
Remedios
Remedios, gracias por su comentario. El debate, sobre éste y cualquier asunto, siempre es bueno.
Para empezar por lo último, completamente de acuerdo en que el lenguaje tiene muchos rasgos machistas, porque es reflejo de la realidad. Pero en cuanto al uso de la palabra género en lugar de sexo, no refleja machismo sino copia del inglés donde "gender" no tiene solo valor gramatical sino que también se traduce por sexo.
Y, pasando a lo más importante, como Vd. dice, hay muchas vivencias. Afortunadamente, logré liberarme de tabúes en su momento, pero está claro que tiene razón en que hay mujeres para quienes pueda ser de utilidad este tipo de talleres si su trayectoria vital les ha impedido llegar a descubrir por sí mismas su cuerpo. Respeto su opinión pero sigo pensando que no es tarea del Ayuntamiento abordar este tipo de actividades porque hay otras prioridades y esto puede perfectamente resolverse en el ámbito privado y, si se trata de problemas de calado, en el ámbito sanitario.
Un saludo
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