viernes, 23 de abril de 2010

EL INFORME STASI O ¡CÓMO ENVIDIO A LOS FRANCESES!

En el año 2003, cuando en Francia tenía lugar la polémica sobre el uso del velo islámico en la escuela, el presidente Chirac encargó a Bernard Stasi, Defensor del Pueblo, que presidiera una Comisión de Reflexión sobre la Aplicación de la Laicidad en la República. Dicha comisión, formada por prestigiosos intelectuales y políticos, elaboró un Informe que sirvió de base para la elaboración de la ley que, en 2004, prohibió el uso del velo y otros signos religiosos ostensibles en las escuelas.
El texto va más allá de dar una solución a la polémica del velo; es una especie de puesta a punto del concepto de laicidad, valor fundamental de la República francesa, enraizada en las instituciones de la gran ley republicana del 9 de Diciembre de 1905. Actualizar el concepto, adaptarlo a los nuevos tiempos, se hacía imprescindible por las nuevas circunstancias, especialmente la de una población islámica muy numerosa. Su lectura me parece un modelo de buena argumentación que logra dar una solución acorde a la tradición de la República al posible conflicto entre los tres valores indisociables: la libertad de conciencia, la igualdad de derecho de las opciones espirituales y religiosas y la neutralidad del poder político.
Para dar mi opinión en la polémica que actualmente vuelve a suscitarse en nuestro país (ignoro a qué obedece que periódicamente salte, aunque se puede conjeturar que haya algo más que decisiones individuales), me limito a reproducir fragmentos íntegros del Informe Stasi que me parecen relevantes, según la traducción de Rafael Tomás:
Tratando de la exigencia de proteger al individuo frente al proselitismo, en el intento de completar las nociones de separación y neutralidad de la ley de 1905, afirma:
"Esta exigencia se aplica en primer lugar a la escuela. Los alumnos deben poder instruirse y crecer en un clima de serenidad, a fin de acceder a la autonomía de juicio. El Estado debe impedir que su espíritu sea acosado por la violencia y los furores de la sociedad; no es un espacio aislado, pero la escuela no debe convertirse en cámara de resonancia de las pasiones del mundo, so pena de fracasar en su misión educativa.
Si se limita a una concepción estrecha de la neutralidad en relación con la cultura religiosa o espiritual, la escuela contribuye al desconocimiento de los alumnos en este dominio y los deja desarmados, sin herramienta intelectual, ante las presiones y las manipulaciones de los activistas religiosos”
Sobre la neutralidad del Estado, en relación con los signos externos religiosos: “Por otra parte, es necesario que la Administración, sometida al poder político, no solamente dé todas las garantías de neutralidad, sino que también manifieste todos sus signos externos, para que el usuario no pueda dudar de su neutralidad”
Y otra vez sobre la función de la escuela: “Su misión es esencial en la República. Transmite los conocimientos, forma el espíritu crítico, asegura la autonomía, la apertura a la diversidad de culturas, el desarrollo de la persona, la formación de los ciudadanos al mismo tiempo que un porvenir profesional. Así prepara a los ciudadanos de mañana, destinados a vivir juntos en el seno de la República. Tal misión supone reglas comunes claramente fijadas. . .Se trata de un espacio específico sometido a reglas específicas, a fin de que se encuentre asegurada la transmisión del saber en la serenidad”
Y sobre el velo:
"-Para las personas que lo llevan, el velo puede revestir diferentes significados. Puede ser una opción personal o, por el contrario, una imposición particularmente intolerable para las más jóvenes…
-Para las que no lo llevan, la significación del velo islámico estigmatiza” a la joven adolescente o a la mujer como única responsable del deseo del hombre”, visión que contraviene fundamentalmente el principio de igualdad entre los hombres y las mujeres.
-Para el conjunto de la comunidad escolar, llevar el velo es con excesiva frecuencia fuente de conflictos, de divisiones e incluso de sufrimiento. El carácter visible de un signo religioso es interpretado por muchos como contrario a la misión de la escuela, que deber ser un espacio de neutralidad y un lugar para despertar la conciencia crítica. Es también un atentado a los principios y a los valores que la escuela debe enseñar, sobre todo la igualdad entre los hombres y las mujeres”.
Me ha parecido oportuno sacar a colación el Informe Stasi porque comparto sus planteamientos y también para resaltar que aquí estamos faltos de un debate de altura y sereno para dar una respuesta legal que evite sucesos como el de Pozuelo porque, como vemos, la solución de dar libertad a los centros no ha servido para evitar que se sigan reproduciendo periódicamente incidentes que suponen un desafío a las normas. Y este debate y esta solución deberían abarcar, por supuesto, no sólo la cuestión del velo, sino también las de los signos religiosos en general en la escuela y la asignatura de Religión y la conveniencia de sustituirla por la de Historia de las Religiones.

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