QUE NADIE DECIDA POR TI
El título de esta entrada os
recordará a algunos aquella canción de las primeras elecciones democráticas
tras la dictadura, con la que se llamaba a la gente a votar, a no abstenerse.
Lo cierto es que de cara a las elecciones del domingo 20 de diciembre,
invitaros a decidir por cuenta propia es algo más que invitaros a acudir a las
urnas; es, además, recordaros que la
oferta electoral es mucho más amplia que la preselección que los poderes
fácticos (haberlos, haylos) han hecho para que elijamos entre cuatro opciones.
Para que haya calado en buena
parte del electorado que esa oferta reducida es el total de la oferta, se han
valido de artimañas que han convertido esta campaña en la más sucia y rastrera
de la historia electoral de este país desde las primeras elecciones
democráticas del 77. Una de ellas, vulnerar la legalidad para excluir a
partidos con representación parlamentaria de los debates importantes de los
medios de comunicación, como ha sido el caso de UPyD. No ha sido la única
treta, por supuesto, ni la más importante. Estos episodios han sido parte de la
estrategia global. La línea principal de la estrategia mediática para la
exclusión de UPyD por parte de aquellos a quienes estorba este partido ha
consistido en bombardearnos a través de los principales medios de comunicación con
la idea de que la decisión gira en torno a cuatro opciones. ¿Cómo? Ignorando en
la información y en los programas más populares a UPyD pese a ser una fuerza
que cuenta con grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados. Método tan
sencillo como eficaz. Por lo tanto, tan
perverso.
Pero no nos centremos solo en
la campaña electoral. El acoso y derribo a UPyD se gesta hace casi dos años,
cuando su intención de voto en las encuestas crecía sin parar, tras haber
abierto brecha en el duro monolito del bipartidismo y estar dando muestras en
el Congreso de los Diputados y en los ayuntamientos y comunidades autónomas en
donde tenía presencia de que iba en serio con la regeneración democrática y
amenazaba con ser alternativa. Y en los tribunales, dato muy importante, porque
UPyD no se resigna a que el poder judicial sea un títere de los partidos. Por
ello, la maquinaria del sistema comienza a idear la forma de sustituir el desgastado
bipartidismo PP-PSOE por opciones que no fueran lesivas para los intereses
particulares de los principales beneficiarios del tinglado.
Entonces comienza, con intensidad
creciente, la maniobra de desembarco en el resto de España de Ciudadanos, que
tenía representación en Cataluña, y, por otro lado, el crecimiento de Podemos,
cuya principal víctima estaba llamada a ser IU, pero que también acabó siendo
UPyD porque asumía también lo fundamental del mensaje regenerador de UPyD,
aunque sin el planteamiento institucional de este sino desde el populismo y con
una estética revolucionaria que conectaba con los más afectados por la crisis
económica. Simultáneamente, se intensifica la campaña de desprestigio de UPyD,
que se centra en deteriorar la imagen de su líder, Rosa Díez, que de ser la más
valorada meses atrás, pasó a ser la más denostada. La operación tiene su punto álgido en los primeros
meses de este año, operación exitosa que produce deserciones y unos pésimos resultados
en las elecciones andaluzas, municipales y autonómicas de la pasada primavera. Una
de las principales armas de ese ejército tenebroso fueron las encuestas que respaldaban
el diseño previo y tuvieron el efecto buscado de profecía autocumplida.
El siguiente paso era dar por
muerto a UPyD de cara a las elecciones parlamentarias pero se olvidaron de un
detalle: que UPyD no era una creación artificial, aunque se le hubieran pegado
gente de poca solidez que fueron los primeros en desertar y buscarse un lugar
al sol entre los elegidos. Precisamente porque existe solidez y dignidad en sus
filas, UPyD ha hecho una campaña que podríamos llamar heroica, en el sentido
savateriano de que la tarea del héroe consiste en seguir el camino más
difícil. Esa campaña ha tenido varios
frentes: los recursos ante la Junta Electoral , alguno de los cuales se ha
ganado, como el que obligaba a adelantar la hora del debate a 9 en la
televisión pública, desde la madrugada a las 22 horas; la calle, nuestra
principal baza desde el principio, donde la gente ha reconocido la labor
institucional y judicial, esta última protagonizada de manera señalada por
nuestro candidato, Andrés Herzog; la presencia en todos los medios a los que
han invitado al partido, en todas los foros a los que nos han llamado y, por supuesto, la entrega de unos afiliados
y simpatizantes que, tanto en redes sociales como en la calle, sin medios, han estado a la altura del reto.
Hemos roto la barrera del silencio y a lo largo de la campaña se ha producido
un aumento de la intención de voto que hace prever una sorpresa el día 20. Porque
mucha gente ya va entendiendo que UPyD es el cambio de verdad, no el de que
todo cambie para que todo siga igual.