"Y es que hemos visto con nuestros ojos y escuchado con nuestros oídos a la auténtica maestra de los misterios de la filosofía"
Sinesio de Cirene. Carta dirigida a su amigo Herculiano
De vez en cuando el cine nos da una alegría en medio de decenas o centenares de títulos perfectamente obviables. La última película de Amenábar, Ágora, nos trae a la memoria o nos lleva a conocer la figura de Hypatia de Alejandría, desconocida para la mayoría, pero que fue una figura relevante en la Alejandría de finales del siglo IV y principios del V. Además de otros méritos, la película tiene la virtud de poner de relieve con gran destreza la oposición conocimiento-religión a través de esta historia cruel donde el afán por el conocimiento pierde ante el fanatismo religioso. Su fidelidad a los hechos históricos conocidos es bastante notable, aunque contiene elementos de ficción, inevitables en una recreación histórica para el cine, y la posición de Sinesio no se ajusta mucho a la realidad, pues este siempre se mantuvo fiel a su admirada maestra, según se refleja en sus cartas.
Persona influyente, maestra y amiga del prefecto de Egipto, Orestes, y de otros personajes importantes de la política y el clero, como Sinesio de Cirene, a los que instruyó en la filosofía neoplatónica, en las matemáticas y la astronomía, a Hypatia la conocemos sobre todo a partir de los escritos de Sócrates Escolástico, quien la describe como "una mujer que logró tales alcances en filosofía y ciencia que sobrepasó en mucho a todos los filósofos de su tiempo. Habiendo sucedido a la escuela de Platón y Plotino, explicaba los principios de la filosofía a sus oyentes, muchos de los cuales venían de lejos para recibir su instrucción". También a través de los textos de su padre, Teón de Alejandría, matemático y astrónomo; de textos de Damasio de Damasco y de las cartas de su discípulo Sinesio de Cirene, en las que puede apreciarse la admiración que despertaba y cómo su escuela era foco de atracción a la que acudían desde muchos lugares del Imperio los deseosos de aprender. La mayoría de sus aportaciones no han sobrevivido el paso del tiempo. Son conocidos sus estudios sobre las figuras cónicas y se supone que llegó a compartir las teorías del helenista Aristarco sobre el heliocentrismo, en contra del sistema ptolemaico aceptado por la Iglesia, que situaba la Tierra en el centro del Universo, estática y con el sol girando alrededor. La idea de Aristarco, y los escritos de Hypatia al respecto, que probablemente consultó Copérnico en Florencia, no volverían a hacerse valer hasta que éste demuestra el error en el sistema de Ptolomeo.
La cruel muerte de Hypatia en marzo del año 415, a manos de cristianos fanáticos influidos por Cirilo(San Cirilo), patriarca de Alejandría, se sitúa en el marco de la lucha de poder entre el prefecto del imperio, Orestes, defensor de la emergente comunidad judía, y Cirilo, apoyado por el nacionalismo egipcio y las masas oprimidas de esclavos y no ciudadanos. La convivencia que había imperado hasta el momento entre las religiones, el paganismo y la filosofía, se rompe, se impone el fanatismo cristiano y, tras el asesinato de Hypatia, Orestes se va de la ciudad que había sido uno de los más importantes focos culturales del Imperio, con su inmensa biblioteca, que conoció varias destrucciones, una de las cuales se cree tuvo lugar en la época que retrata la película. Ella no había querido convertirse al cristianismo, fiel a su interés por el conocimiento, y su actividad científica y su vida tampoco encajaban en el modelo de mujer sumisa e ignorante que al cristianismo convenía.
Asistimos a uno de los episodios que marcan el fin de la sabiduría clásica y los inicios de una época de oscuridad bajo la égida del cristianismo que, convertido en religión oficial del Imperio, impone unos dogmas que entran en contradicción con la observación científica. El italiano Lucio Russo plantea en su libro "La rivoluzione dimenticata" ("La revolución olvidada", no traducido) que el helenismo trajo consigo el inicio del método científico, que alcanzó cimas que no se volverían a recuperar hasta la Edad Moderna. Hypatia era una brillante heredera de los filósofos-científicos helenistas y su fin simboliza el enterramiento durante siglos de una ciencia avanzada en beneficio de la superstición. El declive del mundo antiguo y la oscuridad medieval nos hacen reflexionar sobre un hecho que olvidamos: Las civilizaciones no avanzan linealmente hacia cotas superiores de progreso; también colapsan, desaparecen, por diversas causas y hay más de un ejemplo en la Historia, porque en nuestro ser conviven lo mejor y lo peor; lo que nos hace avanzar y lo que nos hace destruirnos.
La historia de la alejandrina tiene más de una lectura. Para algunos, Hypatia es la primera mártir de la misoginia. No creo que fuera la primera pero sí un símbolo de las dificultades de ser mujer libre. No tenemos que irnos dieciséis siglos hacia atrás para encontrar en el mundo islámico hoy día mujeres a las que está prohibido incluso el acceso a la educación. El fanatismo religioso, con su carga misógina, no es cosa del pasado y, por razones que habría que tratar, aunque no aquí, la mujer es víctima predilecta de su sinrazón.